El Puerto, vuelve la ilusión

La temporada estival en El Puerto de Santa María está a punto de comenzar. Un ciclo interesante y con el aliciente de unos carteles que son predilección de un público que acude cada verano a la Plaza Real con la sola intención de ver torear. El atractivo a priori es grande, al fin y al cabo, están lo más granado del escalafón de matadores. Toreros necesarios para convertir en herramienta salvadora una programación que en anteriores ocasiones hizo agua por demasiadas partes. Así que la apuesta de Carlos Zúñiga, máximo responsable de la empresa Circuitos Taurinos, por resolver la compleja situación que ha vivido el coso portuense en pasadas temporadas es digna de encomio.

Y es que se hace indispensable ser real en un mundo lleno de irrealidades, y Zúñiga lo ha sido en la confección de unas combinaciones en perfecto equilibrio entre lo demandado y lo exigido. Entre lo deseado y lo obligado. Puesto a buscarle algún defecto podría reprochársele no contar con jóvenes triunfadores que son máximas novedades de la actual temporada. Tomás Rufo y Ángel Téllez son toreros de indudable atractivo. Sin embargo, la programación tiene en su haber la promoción de novilleros gaditanos con la celebración de una novillada con picadores y clases prácticas, además de una corrida torista para dar cabida a la emoción de toro y la de toreros con predicamento en la lidia como Manuel Escribano, el local Alejandro Morilla y Rubén Pinar.

Pero lo más importante es que José Antonio Morante, eje central del ciclo junto a El Juli, Manzanares y Luque, con dos tardes cada uno, además de Talavante y Roca Rey, no se quede sólo en el discurso evocador del arte, sino que, además, haga gala de la máxima capacidad de convocatoria junto a Juan Ortega y Pablo Aguado. Algo de vital importancia para una empresa que de lo único que se le puede acusar es de intentar hacer muchas cosas en estos dos últimos años y de hacerlas casi todas bien.

La temporada de toros en El Puerto vuelve a ser, algo más que un sueño cierto, una ilusión. Se irá con gusto a degustar el toreo, a disfrutarlo sin mayores exigencias. A fin de cuenta este es el éxito. El Puerto recobra su pulso taurino. Que nada lo malogre.