GALLEANDO

Daniel Luque, un gran torero

miércoles, 3 de agosto de 2022 · 06:55

Otro mundo es posible. Y el toreo también con un toro manso. Así lo dijo en la Plaza Real, Daniel Luque, el pasado sábado. Lo hizo más allá de lo posible con un toro complicado, por su mansedumbre, aunque con envidiable calidad en una embestida que el sevillano supo potenciar. Un toreo auténtico, sentido, hecho con el alma y degustado desde arriba con placer. Regusto expresivo de un torero que convirtió la lidia en triunfo y el ruedo en realidad. Porque el sevillano de Gerena es un torero de categoría. Con su impecable técnica e indiscutible valor hizo milagros. Con su sobrado talento artístico, siempre al servicio del toro, expresó el toreo. El mismo con el que emocionó un día antes a los onubenses con un “juanpedro” de lujo.

La obra realizada con el toro de Garcigrande no tuvo equívocos. Lo lidió de forma excepcional. Muletazos diestros carentes de violencia, sin extravagancias, y trazados con una naturalidad pasmosa. Así lo testimonió en una faena que se caracterizó por la exigencia técnica y la desbordante verdad. Un toreo perfectamente hilvanado y rematado con fenomenales pases de pecho. Era sólo cuestión de tiempo para que Luque se hiciese con esas “escondidas” acometidas del manso toro de Justo Hernández con un trasteo sin quiebros y colmado de elegancia. Una obra traslúcida que, lejos de aburrir, resultó gozosa. Como un sueño en el que dejarse convencer. Un concepto en el que residió la capacidad de parar el tiempo con la paciencia de quien seguro estuvo de alcanzar su objetivo: torear. Admiro su ambición. Su verdad. Su toreo. El tono emotivo con el que impregnó los tendidos. Toda una obra de dos orejas.

Fue esto lo mejor de la ilusionante tarde de inauguración de la temporada taurina estival en El Puerto de Santa María. Una tarde de figuras, de toros escogidos para la ilusionante vuelta a la normalidad de una plaza reformada y dispuesta a degustar el toreo por encima de toros mansos y complicados. Toros distraídos, a la defensiva, derrotando, quedándose parados a mitad de sus complicadas embestidas. El toro de los deseos de quienes lo exigen y después lo culpan de sus fracasos. En El Puerto lo lidiaron Morante, El Juli y otro gran torero, Daniel Luque.