GALLEANDO
Aquel niño que toreó en El Vizir
Era un chiquillo que soñaba con ser torero. Jugaba al toro con la fantasía de hacer real una historia que marcaría más tarde su vida y sus inquietudes. Muy pronto se le ocurrió contagiar su ilusión y empezar a hacer realidad el sueño de niño con demostrada eficacia.
Corría el año 1995 y la Escuela de Tauromaquia de Sevilla organizaba sus primeras clases prácticas en la placita de toros de la Hacienda El Vizir en aljarafe sevillano. Un jovencísimo torero que ya despuntaba en la escuela de Madrid actuaba como invitado para mostrar esa tauromaquia reveladora que empezaba a caminar firme y segura hacia horizontes de grandeza.
Aquella obra brillante y fundamental del niño torero la recordaré siempre con todo lujo de detalles y orgulloso de haberla visto y sentido. No iba a ser la primera, ni la última, vez que aquel crío ejecutase el toreo tan aparentemente fácil con la inmensa calidad de los elegidos, mostrándose, además, abierto, motivado y capaz de sugerir incontables secuencias emotivas.
Su tauromaquia, desde entonces, ha estado impregnada de grandes pasajes relacionados con un valor inconmensurable, una ambición cara y determinada, y un asombroso talento. Su toreo se siente, se paladea, atraído no tanto por la sorpresa, sino por la profundidad y contundencia de unas formas que le han llevado al máximo logro en veinticinco años de matador de toros.
Dos décadas y media mandando en el toreo. Desafiando las elementales reglas del juego. Una forma de jugarse la vida a modo de tirasoga entre lo humano y lo animal. Entre la inteligencia y la fuerza bruta. Entre el arte y la bravura. Y así, tarde a tarde, buscó la fluidez de su toreo, el tono determinante y reposado con el que otorgó a su tauromaquia el toque pasional deseado. Todo parece terminar en un magisterio plenamente maduro. En feliz viaje sin nostalgia por el toreo de siempre. Ese que otorga coherencia y verdad con respuestas a la sensibilidad.
Aquel niño que impresionó a los asistentes que ocupaban las gradas de la placita de toros de El Vizir, hace casi 30 años, dice adiós al toreo. Julián López El Juli lo dirá en la Maestranza de sus grandes triunfos. En el ruedo en el que indultó a “Orgullito” en la mejor celebración posible de sus veinte años de alternativa. Cinco años después será Sevilla donde dará su última lección de maestro. Felicidades, y larga vida.
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