GALLEANDO

Cuatro “perlas” en Olivenza

miércoles, 3 de enero de 2024 · 08:50

Hace años que se considera la temprana feria de Olivenza icono del inicio de la temporada de toros en España. Más que nada por ser referencial para definir lo que ha de ser el nuevo año taurino. Sin duda, los carteles del corto ciclo pacense han gozado y gozan de tal coyuntura que lo hacen tan favorables para la economía de la localidad como atrayentes para mucha gente deseosa de ver toros. 

Pocos se sentirán, desde luego, insatisfechos con las combinaciones de unos carteles con sobrados méritos para hacer de Olivenza la capital del toreo en solo un fin de semana. Verlos sobre el papel es toda una gozada. Una repetición de la élite del toreo en las corridas de toros y el esperanzador futuro de los anunciados en las novilladas.     

Si ya desde tiempo se habla de la variación en las estructuras de las ferias, resulta muy lógico que los novilleros hayan encontrado acomodo en un ciclo en la que se ha suprimido una corrida de toros y se ha aumentado una novillada. Dos y dos. Quizás porque hay quien ha acertado con las gafas que tiene que ponerse para mirar la realidad. Y son necesarias porque proporcionan visibilidad. Pepe Cutiño, representante de la empresa “Fusión Internacional por la Tauromaquia”, ha tenido suficientes motivaciones para combinar máximas figuras con unos novilleros que dan a entender que el toreo, en cada uno de ellos, aflora por los cuatro costados. No son ni si siquiera buenos, son muchos más que eso: son el mañana de la Fiesta.

Ellos no se han dado tregua. Tal vez sea cierto que, en tiempo de penuria, la tauromaquia fue para algunos un buen refugio. O quizá un frívolo capricho que rebasa cualquier necesidad. O una desmesurada afición para otros. A valorar qué les estimula más. Porque no cabe otra cosa mejor para dar sentido a la abrumadora tarea de entrenar cada día que transmitir en el soñado ruedo, vis a vis con el utrero, esa emoción embaucadora del valor y el arte de torear. A estas acciones de estos siete que quieren ser toreros les tengo una grandísima admiración. Y, sobre todo, a esas cuatro “perlas” engarzadas en un cartel de tronío anunciado para la matinal del domingo tres de marzo. Jóvenes ilusionantes poseedores de la diferencial tauromaquia que aleja de la monotonía. Un lujo.