GALLEANDO
Objetivo, la Maestranza
Es raro encontrar en los que empiezan una mezcla tan bien realizada de clarividencia en la lidia, hecha con eficaz naturalidad, y valor añadido al mismo tiempo. Son realidades que han de marcar el futuro. Lo suyo no es más que el toreo que todos sueñan, extraordinario y emocionante.
Acabó en Antequera la primera selección de novilleros del Circuito de Novilladas de Andalucía de la Fundación del Toro de Lidia. Tres novilladas reveladoras de las inquietudes que acompañan a nueve jóvenes talentos en sus formas de decir y sentir el toreo, y que obedecen a las necesidades de futuro. Inconfundibles tonos de distintos conceptos, cuya calidad y perfección artística hace mantener viva la esperanza de los que esperamos pacientemente la hora del relevo. Y es que el mañana se resuelve en la emergencia de lo nuevo, aunque su alcance, ahora, sea difícil de precisar.
Llama la atención esta naciente generación de buenos novilleros llamados a ser el auténtico motor que impulse el presente y vislumbre el futuro del toreo. Nuevos toreros que, tras despertar de tantos sueños acuñados, se ven con sonados triunfos en los ruedos de primerísimas plazas de toros. Incipientes toreros que ha necesitado del buen hacer de la Fundación y la Junta de Andalucía para acercarse a la realidad sin que la se le distraiga con argumentos superfluos, para que sus historias no queden inconclusas y tengan continuidad los instantes fugaces, insignificantes, de tardes de emotivas lidias ya detenidas en el tiempo.
Seis, de los nueve, han sido los privilegiados que ha conseguido estar en las semifinales. Seleccionados por el jurado están Gonzalo Capdevila, triunfador de la novillada celebrada en Sanlúcar de Barrameda; Sergio Domínguez El Mella, el mejor del festejo de Aracena, y Pedro Gallego, destacado de la novillada de Antequera. Estos, junto a Mariscal Ruiz, Javier Zulueta y Peregrino, los tres mejores puntuados de los festejos celebrados, serán lo que pugnen por los tres puestos de la final del día 12 de mayo en la Maestranza de Sevilla.
En definitiva, media docena de buenos novilleros finiquitaron la primera selección llevando la lidia al límite de las emociones, reflejando en sus respectivos conceptos la aptitud para expresar su arte. Unas formas que brillaron llenas de posibilidades futuras. Ahora, objetivo, la Maestranza.