GALLEANDO

El héroe de Gerena

miércoles, 24 de abril de 2024 · 08:01

Detrás de cada tarde de toros, de ese interesante ciclo que ha sido la Feria de  Abril, hay historias chispeantes, bizantinas, o tal vez apasionantes y emotivas. Esta ultima la escribió un torero que, tras caminar e hincarse de rodillas delante del portón de chiqueros para recibir a su primer toro con larga cambiada y lancear después con vibrante compás, fue cogido y herido. En la enfermería de la plaza lo operaron de una herida en la pierna de 10 cm con anestesia local por decisión propia, con el único objetivo de salir de nuevo a torear. Y salió para lidiar al sexto toro de Victorino Martín.

Se fue de nuevo delante del portón de chiqueros, se paró el tiempo en minutos eternos, mientras la banda de música del maestro Tejera le puso fondo sonoro a la épica, el valor y la ambición de un gran torero. Música capaz de potenciar lo hecho, que no fue baladí. Un toreo que constituyó un importante testimonio de poder y querer para gozo de los que lo vieron.

El clima de expectación creado por esta emocional historia hizo que el torero llenara la plaza en la deseada comparecencia para lidiar toros de Miura. Quizás también porque rara vez defrauda las expectativas. Al héroe de Genera le tributaron una clamorosa ovación tras deshacerse el paseíllo. Después, no defraudó.

Lo dio todo en las diferentes lidias pudiéndole a una corrida interesante, por dura y complicada. Quiso y pudo hacerle el toreo a ese toro de los ¡uy! o la emoción. El toro que no aburre y tiene al espectador en continua tensión durante toda la función. Los silencios de expectación en la Maestranza fueron inescrutables. No se sabía por qué derroteros iría la lidia. Pero hubo toreros capaces de doblegar embestidas e incluso poder torear.

Él toreo. Apareció dispuesta a romper la hegemonía de una faena que, apelando al menos es más, consiguió despojar de artificios innecesarios con una tauromaquia sin complejos. Se la volvió a jugar con un par de banderillas en las tablas, muy característico suyo. Al toro se le apagó el motor. A Manuel Escribano le potenció el valor. Es único.