GALLEANDO

¡Necesitamos tanto a Morante!

miércoles, 19 de junio de 2024 · 06:53

Día de sol. Tarde de toros excepcional. No hay sitio más propicio para dejar correr el tiempo sobre la superficie del luminoso albero y sentir la emoción de un larguísimo natural. No hay tauromaquia más pura en torno suyo que esa travesía lenta de un lance a la verónica sumergido en belleza. La naturalidad, la torería, la pureza… han inundado las plazas de toreo. De luz brillante de un cielo azul.

Porque en los ojos indolentes de los espectadores el resplandor de la originalidad de un artista araña las retinas. Produce sensaciones que van más allá de lo posible en lo puramente taurómaco. Apasiona, enloquece, por esa carga de misterio que abruma con la cercana perfección. 

Pero el torero, hoy, no está. Ha clausurado su toreo. Quien ha enriquecido notablemente la lidia con la incorporación de tauromaquias del pasado, otorgándole un nuevo significado, ha abierto los caminos sospechados para la pronta recuperación de su estado depresivo. Problemas sicológicos que no atendieron a la medicación. No obstante, si existe el trastorno mental se sitúa en un plano distinto al acto creativo. Con todo lo que exige de control y disciplina. Al artista cigarrero todo le sale de las entrañas.

Muy pronto logrará de nuevo sumergirnos en esa forma de suspensión que hace creíble las situaciones más soñadas. A ello contribuye una lidia que confiere a quien la ve el enorme placer de sentir, gozar y emocionarse. Auténtica magia que alimenta el espíritu. Nadie como él dice tan integral e íntimamente el toreo. Personalizándolo para que resulte pleno y conmovedor. Único entre lo purísimo y lo íntimo del alma. Su tauromaquia está llena de mundo. De poesía, de verdad… que no será posible olvidarla jamás.

Se hace imprescindible. De ahí el deseo que pronto se haga visible en los ruedos. Que acabe ese trance mental que ha acudido a su cabeza y en ella bulle. Lo requiere el toreo. Tal vez, porque lo catalogamos como uno de los grandes toreros de este tiempo, y de todas las épocas. Apuesto por verlo sano y dispuesto en las plazas de toros. Y es que ¡necesitamos tanto a Morante!

Foto: Porcuna