GALLEANDO

Noches de julio en la Maestranza

Por: Manuel Viera
miércoles, 2 de julio de 2025 · 07:33

Sevilla, de noche, es diferente. La Maestranza también. El monumental coso cambia su idiosincrasia en sus estivales noches de toros con un público distinto. Diferente al que abarrota tendidos en las tardes de abril. Distinto al que con traje y corbata ocupa sitio de sombra en el mejor de los escaparates jamás soñado. Contrario al que rompe con festiva actitud el silencio maestrante y revienta la sincronía de un espectáculo único.

En las noches de julio están, además, profesionales del toro, y el aficionado que acuden a descubrir cualidades en quienes pretenden ser torero. Uno de los goces más apetecibles. Descubrir un atisbo de calidad entre los dieciocho aspirantes que sueñan con ser “figura” será, durante los cuatro primeros jueves de julio en la Maestranza, el mejor de los disfrutes. Además, el divertimento más esperado para esa otra gente, familias completas y grupo de jóvenes, que ocuparán los tendidos del coso sevillano acompañados de la inseparable nevera dispuestos a degustar bebidas y viandas, mientras jalean lo que en el ruedo hacen los que sueñan el toreo.

En las noches de julio se verá de todo. Escogidas reses de conocidos hierros ganaderos acorde en su presentación con la plaza en la que se lidian. Erales que pondrán a prueba con variado juego la preparación de los que lo lidian. Se comprobará la puesta a punto que Sevilla exige para los que pisan el albero de su plaza, aunque sean jóvenes inexpertos. Aunque su tauromaquia, más soñada que real, esté aún sin definir. Se apreciarán exquisitas formas de torear, aptitudes, y muchas ganas de querer aunque le sea demasiado difícil poder. A otros se les verá el excesivo esfuerzo por alcanzar metas quizás imposibles. Y aunque sean bisoños aspirantes dispuestos a todo se les hará vital el saber estar, el tener aprendida la lección pese al exiguo bagaje.

Será al final, en el atardecer del 24 de julio, cuando agosto ya se ve venir y Sevilla queda para disfrute de los que la visitan, será entonces cuando tres privilegiados, premiados con repetir actuación, se disputen el triunfo final que le hará optar a ese vestido de torear donado por la Real Maestranza de Caballería que es símbolo del sueño de seguir enfundándoselo. Tres aspirantes a toreros que iniciarán a partir de esa noche el sinuoso camino que conduce, aunque no siempre lleva, a la ansiada meta.

 

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