LA VOZ DE LA ALTANERÍA
Marcos Linares: El Impulso Joven que Exige Su Lazo de Gesto y Fortuna
Por Aitor VianMarcos Linares no es un matador más en la nómina de recientes doctorados; es un torero con genealogía de promesa que ya ha escrito con sangre y oro las primeras páginas de su destino. Nacido en el corazón taurino de Jaén, lleva en su apellido de cuna el eco de la plaza, y en su espíritu, la ambición de la juventud que no se conforma con el recuerdo.
Su alternativa, celebrada en Jaén en la recta final de 2023, fue un acto de afirmación ante sus paisanos, apadrinado por la pureza maciza de Emilio de Justo y atestiguado por el arte cadencioso de Juan Ortega. Un bautismo que, en lugar de ser un punto final, debe ser la punta de lanza que impulse su carrera.
La tauromaquia de Marcos Linares es un crisol donde se funden el valor imberbe y el clasicismo innato. Es un torero que no rehúye el compromiso ni la aspereza, como demostró al ganar el Circuito de Novilladas de Andalucía tras una grave cornada, un laurel que honra tanto su valor como su entrega. Su capote es variado y vertical, su muleta se asienta y busca la distancia justa, y en sus cites hay una seriedad que desmiente su juventud.
Sin embargo, el joven diestro linarense se enfrenta ahora a la verdad más dura del toreo: el ostracismo de las grandes ferias en los primeros años de matador. Un torero que en su etapa de novillero se fajó en Madrid, Sevilla y Pamplona, no puede permitirse el lujo de que su frescura y su verdad se marchiten en el olvido.
El toreo necesita, de manera imperiosa, la savia nueva de los jóvenes que aún tienen el fuego sagrado en los riñones. Marcos Linares es un gesto de esperanza para la afición. Su concepto demanda carteles de responsabilidad, toros que exijan, y escenarios que permitan que ese lazo de Linares —ese gesto que le es propio— se anude a la fortuna y al triunfo.
Es el momento de que el sistema taurino, desde el empresariado a los medios, se conciencie del valor de esta nueva cosecha. Si a toreros como Linares no se les brinda la oportunidad de torear en la élite, la Fiesta se empobrece. El futuro se construye dando espacio a los que vienen detrás con la técnica aprendida y la ambición desbordada. Marcos Linares lo tiene todo para ser importante; solo falta que las puertas de los cosos se abran para que su nombre se convierta en noticia frecuente.