PANTALLAZOS

Puro Roca Rey

sábado, 16 de marzo de 2024 · 22:27

Con el peso de la tarde sobre sus hombros, el peruano encaró desde el primer quite al toro de Castella que había petardeado en varas. Tres tafalleras, revolera y brionesa, de mucho brío, que calentaron el tendido y al francés. La plaza a reventar, por obra suya (mañana también), entró de una en corrida.

Sin embargo, el cinqueño segundo fue protestado de salida y más, lastrando la faena. No le valió cargar contra las buenas verónicas de saludo ni empujar con celo el caballo de José Manuel Quinta. Ya estaba condenado y él lo justificó soseando ante la muleta, que templó y ligo por uno y otro pitón, con la panza y a pie firme. Ni un dislate. Una tanda de cinco y broche y otra final de dos circulares invertido, dosantina, y cuatro p´allá y p´acá, rematados con uno de pecho redondo, voltearon la torta y convirtieron a los protestantes. Las culpas del toros son del toro y las del torero del torero. No hay que confundir. La cosa iba de pelo, pero tres en hueso, un aviso y dos crucetazos la frustraron.

El culmen de la corrida fue el quinto, “Jaceno”, colorado, cuatreño de amplia cuna. Salió de cada lance mirando a la fila quince sin inmutarse. ¡Qué sin vergüenza! Molina le picó, así como así. Viruta y Algaba mejor con los palos. Ahí no había nada.

Pero sorpredentemente Andrés lo brindó al público, se puso de rodillas y lo unció al trapo en cinco derechazos mandones, limpios, rimados y uno de pecho explosivo sin incorporarse.  Puro Roca Rey, pal bueno y pal malo. Establecida la autoridad, ya de pie la cosa cambió. Otra serie por el mismo lado fue de gran factura y los naturales muchos, lentos, bajos, largos de a cinco en cinco y una de seis, forzado, cambio de mano y pecho detonaron arriba. Circulares de doble faz y mucho toreo en una faena redonda que no parecía tener fin, y que se fue al cuerpo a cuerpo y más allá del aviso clamorosamente por circulares derecha y desdén.

El embravecido se tragó la estocada cimera y total, se resistió más allá del segundo clarinazo y casi al borde del tercero murió. Don Pedro Valero se agarró de ahí para negar la unánime petición de la segunda oreja y puerta grande. Sin embargo, la vuelta fue una fiesta con los que agotaron la boletería y dispararon la reventa por verle. Puro Roca Rey. Mañana vuelven. Seguro.

Castella con más amor propio que eco y Aguado quien vive de sus exquisitos detalles entre mucha intrascendencia, no pesaron.