PANTALLAZOS

Lo triste es así

martes, 19 de marzo de 2024 · 22:55

La fría tarde final de Las Fallas había sido caldeada solo por El Fandi que no sabe de dramas y convierte como sea los tres tercios en fiesta. De Justo con un manso y Ureña con uno a menos le componían un lánguido fondo.

Para colmo, saltó quinto el colorado “Cartero” con sus quinientos cincuenta kilos remoloneando en los capotes y el peto de Romero, al cual fue solo tras larga porfía, para salirse sin vergüenza. Hizo pasar la de San Quintín a Espartinas y Azuquita en banderillas y cuando Paco se puso muy serio, montera en mano bajo la barrera de una niña y le dijo: “para ti que representas el futuro de la afición”. Se podía pensar que hablaba por hablar pues no tendría toro con qué respaldar tan comprometedor brindis generacional.

Y cuando el montalvo tomó rebrincado y de mala gana los primeros seis doblones genuflexos rematados con un natural y uno de costado, la desesperanza se ahondó.

Pero contra toda previsión, cinco derechas a media altura templadas, y ligadas, y rematadas a compás tomaron a la plaza y a la banda por asalto y las pusieron a bufar de sorpresa y regocijo. El toro fue otro, misterios de la genética. Y lo que vino de allí en adelante fue el mejor toreo por mucho de la feria.

Con esa sequedad casi tristona, casi trágica, casi manoletina del lorquino, se repitió apostando la piel a juro y sin alarde. Cinco, cambio de mano y un pase de la firma. Luego la miscelánea de flores, trincheras, costados, natural y forzado. El castaño recrecido circulaba con franqueza y volvía por derecho y lo mejor estaba por venir.

Cuatro tantas de naturales muy cargados, muy bajos, todos rimados, todos girando sobre la planta clavada como punta de compás. Ocho y forzado, cinco más cambiando de mano la espada y la muleta, dibujando con la diestra y el forzado de abajo arriba. Y seis más iguales con el toro insurrecto sometido, llevaron la tauromaquia a su más alto punto en estas Fallas 2024, en las que se ha toreado tanto. Pa´qué más.

Cuando no faltaba si no matar canónicamente y consumar la apoteosis, la igualada se hizo laboriosa, larga, impaciente, porque Paco no encontraba terreno ni posición a gusto. Al fin se decidió a toro distraído y claro pinchó, y luego fue desarmado, y encima falló cuatro veces con la cruceta, y sonó el aviso y creo que le perdonaron el otro. Lo triste es así.

Yo como muchos quizá estaba muy disgustado, pero él no. Solo tenía una serena media sonrisa y comentó humildemente ante la cámara: “Creo que me he tocado el alma toreando”. Mucho había detrás de todo esto.

Un torero que torea como torea, que se la juega como se la juega, que es un sobreviviente de su oficio, que ha sido tan injustamente ignorado por el sistema, que al borde de la gloria se da en los dientes con su propia mala suerte, abortando un triunfo enorme en una feria de primera, que le hubiese valido para comprar el corazón de los contratistas, los medios y la veleidosa afición…, ¿y no se inmuta? Lo triste es así.