El periodismo taurino, una vocación romántica

En la columna de esta semana me detengo a hablar del periodismo taurino, ese que consumimos día a día todos los aficionados al mundo de la tauromaquia pero que tan desconocida es la labor que se desempeña en él.

La comunicación en el ámbito taurino cuenta con cero euros de subvenciones públicas, y por tanto es muy complicado por no decir imposible vivir de ello, tan solo unos pocos afortunados pueden hacerlo.

El despliegue que hace cualquier medio de comunicación taurino para poder acercarles la actualidad a sus casas tiene un mérito tremendo. Desde los directivos del portal hasta los diferentes cronistas y fotógrafos que se desplazan de plaza en plaza y de feria en feria (muchas veces de manera desinteresada) para acercarles el minuto a minuto de lo que está sucediendo en el ruedo.

Dedicarte a esta profesión requiere mucho sacrificio (sobre todo en verano) cuando la temporada está en plena ebullición. No es fácil cubrir todas las ferias, y mucho menos compaginarlo con el trabajo y la vida personal. En ocasiones hay que rechazar ciertos compromisos familiares para ir a una plaza a cubrir un festejo, y también rechazar alguna que otra salida con amigos.

Quien escribe estas líneas cuenta con veintiún años de edad, y habla a través de su corta experiencia. Pero si en el titular les digo que es una vocación romántica, lo es porque también recoges muchas vivencias que te llenan. Tener la suerte con tan temprana edad de desplazarte por las plazas, así como también conocer a numerosos profesionales taurinos, yo personalmente no lo cambio por nada.

Por todo ello, espero seguir escribiendo para ustedes muchos más años y temporadas en este portal que me dio la oportunidad de escribir, así como también de aprender con ellos.