POR MONTERA
Morante y el frágil equilibrio del toreo: ¿Una presión insostenible?
Por Sergio HuesoSe adelantaron los Reyes y nos trajeron a Morante antes de lo esperado. Sin embargo, lo que muchos de esos recién autoproclamados “morantistas” no alcanzan a ver es el claro reflejo de la delicada situación que atraviesa el empresariado taurino al inicio de 2025, apenas a días de estrenar el nuevo año.
José Antonio "Morante de la Puebla" lleva años lidiando con una enfermedad psíquica que afecta su equilibrio emocional, una circunstancia conocida pero que sorprende a los nuevos aficionados que se han sumado a su fervor. En un giro inesperado, en apenas 15 días ha pasado de anunciar su regreso a los ruedos para abril, coincidiendo con la Feria de Sevilla, a encabezar la apertura de temporada en Olivenza.
¿Por qué este cambio tan radical? La respuesta no es otra que la falta de recursos de un sistema empresarial taurino en crisis. Con la retirada de figuras como El Juli y Enrique Ponce, muchos empresarios parecen navegar a la deriva, incapaces de confeccionar carteles que aseguren el lleno de las plazas. Sin un Morante al frente, la columna vertebral de la temporada se tambalea.
Esto no solo expone la dependencia del sistema hacia figuras consagradas, sino que también plantea una inquietante cuestión sobre el futuro inmediato: ¿hasta qué punto la presión de los despachos está forzando los tiempos naturales de los toreros? Morante ha adelantado su vuelta a los ruedos por imposición más que por deseo propio, quemando una energía que, de no dosificarse, podría agotarse antes de tiempo.
El toreo necesita encontrar el equilibrio para no agotar sus recursos antes de tiempo. La temporada es larga, y administrar las energías con sensatez será clave para mantener el ritmo y llegar a buen puerto.