Hay atracos en los que el ladrón no lleva pistola
El pasado viernes (hace justo una semana) se produjo un atraco en la plaza de toros más importante del mundo: Las Ventas
El pasado viernes (hace justo una semana) se produjo un atraco en la plaza de toros más importante del mundo: Las Ventas. Un servidor estaba presente, y les aseguro que jamás en su corta vida como aficionado había presenciado algo similar al robo de la segunda oreja que debió concederse a un gran Borja Jiménez que llegó a su última tarde de feria en Madrid a decir “Que lo de otoño no fue casualidad…”
Fue una faena en la que tuvo a un gran “Dulce” delante, pero al que también entendió y le cuajó una labor acorde a las embestidas del burel. Supo desde el minuto uno administrar las cualidades del victoriano fajando una labor en la que exhibió todo lo bueno que traía el toro de Guadalix de la Sierra. Toda gran faena necesita de una sobresaliente rúbrica con los aceros, y así la tuvo. ¿La faena perfecta?, pues hombre eso es mucho decir, pero si que fue la que para mí ha sido la mejor de todo San Isidro (teniendo en cuenta que ha sido una feria de muy bajo nivel artístico).
Qué pena que en tardes en las que sucede algo extraordinario el protagonismo se lo lleve la persona que se encuentra en el palco, cuya función es calificar las actuaciones (con la misma vara de medir para todos), y cuidar el orden público lo cual no logró. Pues armó un auténtico manicomio en los tendidos al no otorgar el merecido segundo premio a Borja Jiménez, escuchándose una atronadora bronca, la cual los más veteranos comentaban en los tendidos que era la más fuerte vivida en Madrid.
Este tipo de errores, no se solucionan otorgando después una oreja en el quinto con el ánimo de solucionar lo que ha pasado anteriormente, porque eso da pie a visualizar el poco criterio que tiene quien preside el palco. Hay errores que no tienen solución.
Por otro lado, el domingo en pleno cierre, nos encontramos con otro presidente que tras un bajonazo (y no me sirve la excusa de que se tropezó, pues al final no dejó de ser un bajonazo) otorgó la oreja.
Que Fernando Adrián está en un momento extraordinario, y se le debe de cuidar mucho más en las ferias estamos de acuerdo, como también lo estamos en que en Madrid estuvo sublime en sus dos toros. Por tanto, no me gustaría que se mal interpretasen mis líneas, lo único que vengo a reflejar es que Madrid es una plaza de máxima categoría, por lo cual debería de existir un consenso entre todos los presidentes para que se midiese con el mismo criterio a todos los profesionales que pisan el albero venteño, pues no podemos robar una oreja a una gran faena rubricada con una buena estocada, y otorgar una peluda a una gran faena, pero rubricada de una estocada al segundo intento.
Madrid es Madrid, y está en la obligación de tener un criterio claro y definido con el propósito de que todos quienes pisen el ruedo de Las Ventas sean examinados con los mismos criterios, y no con la dependencia de quien está sentado en el sillón del palco la tarde en la que actúa.