Las calles de Pamplona ya huelen a madera

Pamplona se prepara para vivir una vez más sus fiestas más emblemáticas: los Sanfermines. Un evento que reúne a miles de personas de todo el mundo, atraídos por la adrenalina de los encierros y el ambiente festivo de la ciudad. Sin embargo, San Fermín es mucho más que toros y carreras. Es una fiesta con una rica historia, tradición y cultura que merece ser explorada en toda su profundidad.

Desde el pasado viernes treinta y uno de mayo, el equipo de carpinteros que montan el recorrido del encierro en Pamplona se puso manos a la obra para que el próximo día siete de julio cuando suene el cohete no falte ninguna seguridad en el recorrido. Un total de 900 postes, 2.700 tablones, y 120 empalizadas y 80 puertas son las que conforman el vallado del recorrido que rodeará como todos los años el casco antiguo de la ciudad pamplonica en apenas veinte días.

En el mes de julio Pamplona es el epicentro del toro a nivel mundial, miles de personas de todo el mundo se concentran en la capital navarra con el fin de vivir una fiesta única e irrepetible en unas fiestas que giran en torno al toro.

Pamplona amanece con el toro como protagonista, y se acuesta con este mismo animal. Durante veinticuatro horas todo gira en torno al cornúpeta: encierro, vaquillas, festejos populares y festejos mayores por la tarde hacen de la ciudad pamplonica un lugar único y con una personalidad indiferente.

Si hay algo que sorprendió a un servidor el año pasado cuando debutó en Pamplona, fue el bullicio estruendoso de las peñas y las charangas por toda la ciudad durante toda la semana. Muchos pensarán que durante el festejo taurino no hay banda de música que interprete los clásicos pasodobles que acompañan a las corridas de toros, pero nada más lejos de la realidad. Si que la hay, pero realmente es imposible escucharla, puesto que las peñas y su típico bullicio hacen de la plaza de toros de Pamplona un auténtico “manicomio”.

Detrás del jolgorio y la fiesta, los Sanfermines tienen un importante componente social. La Casa de Misericordia de Pamplona es la encargada de organizar las corridas de toros y los beneficios obtenidos se destinan a la atención de ancianos desfavorecidos. Una labor solidaria que, a pesar de su importancia, suele pasar desapercibida para muchos.

Apenas veinte días quedan para que se lance el cohete, y empiece la que es por hoy la única fiesta en el mundo en la que el descuento de los días se hace durante todo el año, les suena aquello de: 1 de enero, 2 de febrero, 3 de marzo… Pues eso, ya hemos pasado el 6 de junio…