POR MONTERA

El toreo tiene un problema… y Morante, la solución

Por Sergio Hueso
domingo, 4 de mayo de 2025 · 10:06

Pasarán los años, y seguiremos sin asimilar la magnitud de lo que José Antonio Morante ha dado al toreo. No pudo estrenarse de mejor manera —en el que quizá sea el mes más taurino del año— que saliendo al ruedo con una sonrisa en el paseíllo, presagio inequívoco de que íbamos a presenciar una tarde histórica, y el tiempo le dio la razón.

En su faena a su segundo toro, quizás las dos orejas fueran discutibles para los puristas, pero nadie podrá negar que era arte puro. Esa es la grandeza de Morante: no se limita a cumplir, sino que crea.. En estos momentos donde el toreo parece perderse en peleas internas y olvida lo importante, Morante es el ancla que lo mantiene a flote. Mientras otros se enredan en polémicas, él habla a través de sus muletazos. Donde algunos ven sólo negocio, él ve pasión

Porque Morante no es solo un torero excepcional; es un custodio del toreo. Mientras otros restan valor a la fiesta con disputas estériles o intereses mezquinos, él empatiza con el público, se deja televisar (y agradece el micrófono), y entiende que su arte es también legado. Sin su voluntad por retransmitir aquella tarde y la de sus compañeros de terna, aquella faena en La Maestranza no estaría hoy inmortalizada en vídeos, ni llegaría a nuevas generaciones.

La ausencia de las cámaras en esta Feria de Abril es un error histórico, pero Morante lo compensa con creces: es artista y persona, alguien que no mira solo por su cuenta, sino por la de la tauromaquia entera. Ama el toreo con autenticidad, sin necesidad de autobombo. No requiere palabras grandilocuentes; su toreo habla por él, y hace que todos hablemos de él.

Pasarán décadas, y entonces se valorará aún más no solo su arte, sino su compromiso. Hoy, la tauromaquia necesita muchos Morantes… pero solo hay uno. Y esa es, quizá, nuestra última esperanza.

 

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