POR MONTERA

La excepción que ilusiona: Málaga, fuera del sistema

Por Sergio Hueso
domingo, 8 de junio de 2025 · 11:13

Peca el toreo de falta de meritocracia al confeccionar sus ferias y carteles. No es un problema nuevo. Hace tiempo que se instaló esta forma de proceder y, lamentablemente, parece haberse institucionalizado. Aquello de premiar a quien se lo gana en la plaza ha dejado de importar a los magnates que manejan los hilos del toreo.

Hoy impera el intercambio de favores: "yo coloco a tu torero, tú colocas al mío". Lo más preocupante no es solo la práctica, sino que la hemos normalizado. Lo contrario —la justicia— nos resulta ya extraño. Muchas ferias repiten nombres que hace diez años ya copaban los carteles, lo que resta novedad, atractivo y, sobre todo, ilusión a los verdaderos aficionados, que ven en ello un motivo más para dejar de acudir a los tendidos.

Quienes vivimos el toreo a diario sabemos de antemano el resultado de este tipo de carteles. Y lo peor es que rara vez fallamos en nuestras desilusionantes previsiones. Es triste, sí. Pero es así. Lo llevamos diciendo mucho tiempo.

Sin embargo, hay excepciones. José María Garzón es una de ellas. Un empresario joven, valiente y —lo más importante— dispuesto a romper con un sistema viciado. Lo ha demostrado en Santander y, especialmente, en Málaga, donde su feria ha despertado una tremenda ilusión. ¿Por qué? Porque en sus carteles hay nombres nuevos. Toreros que han hecho méritos de verdad. Y que, por una vez, han sido premiados.

Que las revelaciones de San Isidro encuentren recompensa en forma de contratos, como ha sucedido en Málaga, es ilusionante. Para los aficionados, claro, pero también para los propios toreros. Ellos saben que tienen solo una ‘bala’ en Madrid, un único disparo para ganarse un puesto en el circuito. Y hasta ahora, esa bala solía perderse en el vacío. El sistema, ese que exige estar apoderado por según quién, les condenaba al ostracismo.

Habrá quien piense que este artículo está patrocinado por Lances de Futuro. No lo está. Que pregunte quien quiera. Aquí se da nombre propio porque lo merece. Garzón está siendo el único empresario que se ha atrevido a romper moldes, premiar méritos y refrescar incluso el plantel ganadero. Málaga será diferente también por eso. Personalmente, me apetece ver a Torrealta. Tras el buen toro que lidió en Madrid, ha despertado mi interés.

Falta por despejar una incógnita clave: la televisión. Esa eterna batalla de la temporada. Si Málaga se televisa, su frescura se difundirá a los cuatro vientos. Y sinceramente, no me extrañaría que así fuera. Porque Garzón no va con el sistema. Innova. Apuesta. Arriesga. Lo ha demostrado incluso con su anuncio televisivo, saliendo del sector taurino y llegando a la televisión pública. Algo que para otros parece imposible, pero que él ha hecho realidad.

¿La clave? Tener dinero, sí. Pero sobre todo tener ilusión y afición. Y esa última palabra —afición— es la que le falta a la inmensa mayoría. Por eso estamos como estamos.

 

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