OPINIÓN

La poca vergüenza

jueves, 12 de julio de 2018 · 08:12

“El tiempo me ha traído hasta aquí. Quiero ser mucho mejor torero, crecer y evolucionar mucho más. Lo que sí es verdad es que ahora soy la persona que quiero ser y como torero me expreso como me quiero expresar”. Paco Ureña reconoce el momento profesional en que se encuentra. Un torero que Soria cuajó hace ahora dos temporadas una de las faenas más importantes de su carrera.  

¿Es ahora mejor torero que entonces?

Ahora soy más maduro. La madurez es sacar conclusiones de todas las experiencias vividas. Siempre digo que para saborear lo bueno hay que haber pasado por lo malo y todo lo que uno vive te sirve para aprender. Ser torero es muy bonito pero muy duro. Hay que sacrificarse mucho. El sufrimiento y la dureza es la parte más ingrata pero a la vez más meritoria del triunfo. Ahora soy más equilibrado en la plaza y fuera de ella.

¿A qué se refiere con el término ‘equilibrado’?

A que he aprendido que no puedes estar eufórico cuando triunfas ni te puedes hundir cuando las cosas no salen. En la naturalidad esta la medida del éxito y del fracaso.

De Paco Ureña se habla mucho de su tauromaquia. Un toreo sobrio. De muchos matices y de notable entrega. Leyendo muchas crónicas de los últimos meses se habla de lo despacio que está logrando torear este torero de Murcia. Creo que se ve que he mejorado mucho por el lado izquierdo sobre todo y que el trazo de los muletazos es ahora mucho más abandonado que hace un tiempo. Mi toreo está evolucionando en suavidad y paciencia, en ritmo y cadencia”, explica antes de reconocer: “Me ha obsesionado reducir la embestida de los toros y poco a poco lo estoy logrando”.

¿Poderoso o artista?

Deben ser los aficionados y ustedes, la prensa, quienes definan mi toreo. Mi única vía es la creación y ser quien yo quiero ser. No estoy de acuerdo con los que comparan el toreo con una representación teatral. Esto no es un teatro. Esto es mucho más real, más cruel y más duro que el teatro.

Habla de los aficionados. En Madrid se ha comprobado en la pasada feria de San Isidro que el público está de su lado de forma incondicional. ¿Eso es bueno o es malo?

Es verdad que siento a la afición más cerca que nunca pero porque yo he sido capaz de mostrarles lo mejor de mi tauromaquia. Los aficionados han comprobado ahora como soy como torero y si antes no lo había sentido así es porque no era capaz de desprenderme de los complejos que me presionaban y no me dejaban ser quien yo quería.

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