PACO DELGADO

Una fallas para contar

El coso de Monleón se llenó únicamente los días en los que hubo carteles fuertes y con figuras, aunque fuese en día laborable. Las combinaciones en las que no prima el satisfacer al cliente, una vez más, se han demostrado ineficaces
jueves, 21 de marzo de 2019 · 08:00

Se cerró el primer capítulo de la temporada española, la feria de fallas, un serial que se ha vivido intensamente y que deja abundantes detalles de interés y varias notas al margen.

Para empezar hay que constatar que la gente sólo acude a la plaza cuando lo que se programa le interesa. Y el coso de Monleón se llenó únicamente los días en los que hubo carteles fuertes y con figuras, aunque fuese en día laborable. Las combinaciones en las que no prima el satisfacer al cliente, una vez más, se han demostrado ineficaces.

Ya en el ruedo Roca Rey ha dejado bien claro quien es el preferido del público. Consiguió un triunfo incontestable, cuajando una actuación en la que combinó la espectacularidad con el toreo fundamental y que entusiasmó al público que llenó los tendidos hasta las banderas, logrando su séptima salida por la puerta grande de la plaza de Valencia. Junto al diestro peruano hay que reseñar las salidas a hombros de López Simón, muy valiente y dispuesto, que dejó dos faenas casi idénticas en las que hubo pasajes de toreo cadencioso y ligado, pasándose muy cerca a sus oponentes y matando con contundencia, Sebastián Castella, que se encontró con uno de los toros de la feria, y puede que del año, “Horroroso”, de Jandilla, con el que cuajó una faena larguísima en busca de un indulto que no logró y sin llegar a estar a la altura de gran oponente, y, aunque no sea comparable a la de sus compañeros de a pie, la de Lea Vicens, que en la tradicional matinal de rejones del día de San José cumplió de sobra y entusiasmó a la muy especial concurrencia de este tipo de festejos.

No alcanzaron el triunfo total pero anduvieron cerca Paco Ureña, que reapareció en olor de multitudes y demostró que sigue siendo el mismo de antes del percance de Albacete, Enrique Ponce, que perdió con el estoque la que hubiese sido su salida en triunfo número cuarenta en esta plaza y que, dos días después resultó cogido -cuando ya tenía medio abierta esa puerta grande en su segunda actuación en este serial-, sufriendo, además de una cornada en el glúteo y la fractura de una costilla, una muy seria lesión en su rodilla izquierda y la fractura de la tibia de esa pierna zurda, lo que le hace perder, con suerte, media temporada. Y la espada privó de un aldabonazo importante, de un triunfo sonoro, a Román, muy serio y firme, cuajando una primera faena de notable nivel que malversó con el estoque, al igual que hizo con su segundo trasteo, ante otro toro exigente y con el que el torero valenciano estuvo muy valiente y enterado.

Finito, que sustituyó al lesionado Emilio de Justo dejó una actuación plagada de detalles y pinceladas de arte y belleza y Ginés Marín, anduvo entre sol y sombra.

De los nuevos hay que destacar el extraordinario papel que protagonizó el novillero valenciano Borja Collado, otra de las revelaciones de la feria, que se llevó una oreja de la tarde y una cornada en la ingle al entrar a matar que le tendrá un mes de baja. Pero dejó ver muy buenas maneras, actitud y detalles de clase. También resultó herido el mejicano Diego San Román, muy dispuesto y decidido y que se llevó una cornada en el gemelo derecho que le impidió matar a su segundo novillo. Miguelito, el otro valenciano debutante, cumplió de sobra, muy seguro y sereno y de haber matado a la primera hubiese tocado pelo. La cantera valenciana funciona. Y de la novillería que estuvo en Valencia, también hay que destacar como merecen a Ángel Téllez y Francisco de Manuel, que dejaron ver maneras, oficio y poso. Y de los matadores jóvenes, Octavio Chacón con una exigente corrida de Victorino dio una gran dimensión y Pablo Aguado se reivindicó como deben hacerlo los toreros: en el ruedo, dejando una actuación contundente y sólida.

Del ganado, que ha bajado en cuanto a presencia, hay que destacar la novillada de El Parralejo, la corrida de Jandilla, con ese “Horroroso” que mereció el indulto, y la de Fuente Ymbro, con varios ejemplares de nota y uno, “Damasco”, lidiado en su primer turno por Román, que también podría haber obtenido el perdón de su vida. Un muy bravo animal.

Fue esta edición número noventa de la feria de fallas un serial accidentado, resultando cogidos de distinta consideración Octavio Chacón, Borja Collado, Diego San Román, el banderillero Javier Gómez Pascual y Enrique Ponce. Es lo que tienen los toros. Dureza pero también gloria. Y de todo hubo en este serial.

 

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