PACO DELGADO

Ordeno y mando

jueves, 22 de agosto de 2019 · 08:00

Aunque son ya más de cuarenta años los que España vive en democracia, para muchos de nuestros dirigentes las cosas parecen haber cambiado poco y creen, y así actúan, que la voluntad popular les da carta blanca para hacer y deshacer a su antojo, como si el ordeno y mando fuese implícito a su cargo.

Algo de esto parece que suceda en la ciudad valenciana de Játiva, en la que los orígenes de la fiesta de los toros se remontan al año 1509, según el Manual de Consells, cuando se lidiaron toros con motivo de la visita del rey Fernando II de Aragón, siendo tradición y costumbre arraigada desde entonces la celebración de festejos taurinos hasta hacer de su feria de agosto una de las más destacadas del verano, especialmente en la Comunidad Valenciana.

Pero en 2016, el alcalde socialista de la ciudad convocó un referéndum semiclandestino y para nada vinculante, por internet y sin garantías legales de ningún tipo, para que los vecinos decidieran si se daban corridas o no en su plaza. Con una mínima participación, una victoria exigua de los antitaurinos, más enterados y duchos en estas lides que los taurinos, provocó que ya no se autorizase la celebración de corridas de toros.

Y, pese al interés y al esfuerzo de los aficionados locales, que han movido todos los hilos y resortes posibles e imaginables, ni siquiera ha sido posible para festejar el centenario de su plaza de toros, inaugurada oficialmente el 15 de agosto de 1919 con la actuación de Rafael Gómez “El Gallo”, Juan Anlló “Nacional” y Manuel Varest “Varelito”, quienes se se enfrentaron a toros del Duque de Veragua.

Los motivos para no poder dar toros son básicamente dos: el primero vino dado, al no tener permisos municipales, por la imposibilidad para confeccionar un cartel de toreros importantes de la categoría que merece la conmemoración de los cien años de vida del coso setabense, por falta material de tiempo, ya que en estas fechas es prácticamente imposible contratar a ninguna figura, puesto que a estas alturas están ya comprometidas en otras plazas y antes no podían contratarse por haber elecciones municipales y no se sabía el signo político que gobernaría la ciudad.

La otra causa es un argumento del Ayuntamiento, que asegura que el inmueble, remodelado casi de arriba abajo en 2005, tiene deficiencias técnicas para desarrollar cualquier actividad en su interior, algo que por otra parte se sabía de antemano, pero que no impedía que se celebraran eventos puntualmente con un permiso especial, adaptando el aforo y el horario a los requisitos exigidos por esa autorización, utilizada, por cierto, desde la reinaguración de la plaza en 2006 hasta 2016, año en el que el actual partido se hizo con la mayoría en el equipo de gobierno municipal.

Pero si no ha podido ser en agosto, los aficionados locales buscan ahora una fecha alternativa para poder celebrar tan significativa efeméride y podría ser en octubre, aprovechando el Día de la Comunidad Valenciana o el 12 de octubre, Día de la Hispanidad. Sólo es cuestión de buena voluntad y trabajo, para que con tiempo por delante, se pueda programar un gran evento taurino como Játiva, su afición y su plaza merecen.

Eso del ordeno y mando, además de sonar a rancio, debería ser ya cosa del pasado.
 

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