PACO DELGADO

Granero y la superstición

jueves, 9 de abril de 2020 · 08:07

Hace unos días se celebró el aniversario del nacimiento de Manuel Granero, 4 de abril de 1902, y enseguida, el 7 de mayo, recordaremos su trágica muerte, acaecida en Madrid en 1922.

Fue, sin duda, la primera gran figura habida en Valencia y referencia obligada al hablar de la tauromaquia valenciana. En sólo una temporada completa como matador se convirtió en la gran esperanza de los aficionados para ocupar el puesto de Joselito y tras su fatal cogida fue ya leyenda para siempre.

Pero en la muerte Granero hubo también aspectos truculentos y muchas coincidencias siniestras. No gustan a la gente del toro los coches de muerto, los gatos negros, las Monteras encima de la cama o boca arriba en la arena ni el número 13... y aquel 7 de mayo Granero cumplía su decimotercera corrida en la temporada.

“Pocapena”, el toro que le hirió mortalmente, tendría que haber sido lidiado por Granero en Ciudad Real en la temporada de 1921. Sin embargo aquel festejo se terminó suspendiendo y el de Veragua volvió de nuevo al campo. La mala suerte quiso que de nuevo este toro se cruzarse en el camino del torero valenciano y le correspondió matarlo en Madrid el 7 de mayo de 1922. 

Según contaba Manuel Serrano Romá, autor de un libro sobre el desafortunado diestro, Granero había prometido a un amigo la oreja de uno de los toros que tendría que matar aquella tarde en Madrid. Como no se dieron bien las cosas en su primero, para conseguir una de su segundo, arriesgó más de la cuenta ante “Pocapena”, que se acostaba por el lado derecho y apretaba hacia adentro. Tras ser picado y banderilleado, con la muleta en la mano, el diestro se fue a los terrenos del toro, citándole demasiado cerrado para las características de su enemigo, que se le arrancó vencido sobre el lado derecho.

Prefirió quedarse quieto antes que corregir su posición o quedar desairado, intentando aguantar la tarascada. Pero el toro le enganchó por el muslo derecho, llevándole en vilo unos metros y arrojándoles luego al suelo, tirándole varios derrotes, uno de los cuales le estampó contra la barrera, cerca del estribo, y ahí le volvió a cornear con tan mala fortuna que uno de los pitonazos le penetró por el ojo derecho, destrozándole la cabeza contra las tablas... cumpliéndose así la pesadilla del torero, que estaba obsesionado con que un toro le mataría de una cornada en un ojo, como así fue.

También se dio la casualidad de que por aquellas fechas coincidieron en la cartelera valenciana dos revistas que llevaban por título, una,  “Granero club” y, otra, “Poca pena”... una coincidencia funesta, una mueca del destino.

Y con la muerte de Granero se cumplía además lo que muchos han llamado maldición de San Miguel, y es que varios han sido los toreros que han muerto en el ruedo y que han tenido en común el haber tomado la alternativa en la Maestranza sevillana durante la feria de San Miguel. Una lista que arranca con José Clarós “Pepete”, a quien hizo matador Francisco Bonar “Bonarillo” en 1905 y que cayó ante un toro cinco años después en Murcia.

Igualmente Isidoro Martín “Flores” recibió la alternativa en Sevilla por esas fechas y falleció como consecuencia de las secuelas de una cornada sufrida en Beziers.

José Gómez Gallito, a quien su hermano Rafael, tras varias cancelaciones y aplazamientos, concedió la alternativa el 28 de septiembre de 1912 tenía esperando a bailador en Talavera. Todavía después de la muerte de Granero, Manuel Báez “Litri”, a quien Chicuelo doctoró en esa fatídica fecha en 1923, cayó corneado el Málaga el 11 de febrero tres años más tarde...

¿Casualidad, coincidencia, fatalidad? lo bien cierto es que todo eso sucedió y así se cuenta.

 

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