VIENTO DE LEVANTE

No se olvide

jueves, 6 de mayo de 2021 · 06:41

Hay veces que no se comprende el interés de algunos pocos por destrozar, en provecho propio, lo que a muchos más interesa. Algo que se entiende menos si aquellos forman parte de un gobierno que debe velar por por todos, no sólo por los que piensen igual que ellos.

Viene esto a cuento de los renovados ataques a la tauromaquia por parte de la izquierda radical, sorpresiva e inesperadamente incorporada al gobierno de la nación no se sabe todavía bien en base a qué santo, cuando los votos no daban para ello. Pero ahí están y ahí siguen haciendo sangre contra la cosa taurina, de la que echan en saco roto su consideración cultural, una de sus notas distintivas y que le debería servir de escudo contra ataques de ignorantes y malintencionados.

No lo hizo la Fundación Bancaja, que durantes estas últimas semanas presenta en su sede en Valencia la exposición “Goya en la mirada de Picasso. Grabadores”, una muestra organizada con la participación de Fundación Ibercaja que se centra en la presencia del legado de Francisco de Goya en la producción de Pablo Picasso a través de la faceta como grabadores de estos dos creadores.

La exposición, que se podrá visitar hasta el 25 de julio, se realiza en el marco del 275 aniversario del nacimiento de Goya, ofrece una selección de más de 250 obras, en su mayoría grabados, y se distribuye en cuatro espacios, uno de ellos “La Tauromaquia como fiesta”,  con la corrida de toros como protagonista, pasión que compartían ambos artistas; no en vano en esta selección de obras se pueden contemplar piezas de la Tauromaquia de Goya, y obras de Pablo Picasso que pertenecen a libros ilustrados como Metamorfosis, Toros y toreros, Carmen des Carmens, A los toros con Picasso o El carnet de la tauromaquia.

Además, se muestra un audiovisual producido por Fundación Bancaja sobre el grabado Minotauromaquia de Picasso y un reportaje sobre el proceso de creación de La Tauromaquia del artista malagueño, cuyo interés por Goya se forjó en buena parte a partir de pinturas taurinas del genio de Fuendetodos.

Se vuelve a demostrar así lo equivocados que están -intencionadamente o no- quienes argumentan a favor del antitaurinismo de Goya buscando mayor credibilidad para sus tesis abolicionistas y hacer pasar a los aficionados por retrógrados sanguinarios.

En la monumental -e imprescindible- enciclopedia de José María de Cossío se recoge que uno de los biógrafos franceses del pintor aragonés -Charles Iriarte- afirmaba haber tenido en sus manos una carta de Goya dirigida a su amigo Zapater firmada por el pintor como “Don Francisco, el de los toros”.

Se ha escrito que Francisco de Goya y Lucientes salió por primera vez de Fuendetodos, el pueblo de Zaragoza en el que nació, unido a una cuadrilla de torerillos de los que iban de capea en capea y que, al final de su vida, durante el exilio en Burdeos, manifestó a su amigo Leandro Fernández de Moratín que "había toreado en su tiempo" y se dice que, al viajar a Italia en 1771, deseaba ganarse la vida como torero.

Otro de sus primeros y más importantes biógrafos, Laurent Matheron, afirmó incluso que "se contrató como miembro de una cuadrilla para alcanzar el sur de España sin gastos”, mientras que Xavier de Salas, en el Archivo Español de Arte, en el tomo 36,XXXVI, nº 144, 1963, aporta que  "... y se improvisa como torero: él mata, dicen, sus toros como un viejo matador".

Por no hablar de la famosa carta a su sirviente Isidro, en la que le confiesa que “nunca renunciaría a sus dos más grandes pasiones: las mujeres y los toros”, una frase que más tarde también haría suya otro extraordinario artista y no menos aficionados a los toros, Pablo Ruiz Picasso, cuya obra, asimismo, está en buena parte, basada, inspirada y dedicada a lo que fue una de sus más profundas convicciones: los toros.

 

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