VIENTO DE LEVANTE

Ya estamos en marcha

jueves, 5 de enero de 2023 · 08:25

Comienza un nuevo año y con él una nueva temporada. Es tiempo de ilusiones, de esperanza y de puesta a punto. El toreo, a este lado del Atlántico, se despereza y comienza a calentar motores de cara a una campaña que se espera apasionante y, ojalá, brillante.

De momento ya es mucho lo que se sabe con respecto a lo que será el armazón de este nuevo curso. Las empresas, al contrario que otros años, han madrugado y se han dado prisa para confeccionar los carteles de las primeras ferias, las que marcarán el devenir del ejercicio.

Valdemorillo, una vez más, será quien tome primero la salida y con el serial de la sierra madrileña lo harán los festejos del Carnaval de Ciudad Rodrigo.

Olivenza, consolidada ya tras un cuarto de siglo como pieza clave en los prolegómenos del período taurino, tiene sus carteles en la calle y en taquilla, al igual que la feria del Milagro de Illescas.

En unos días se harán públicos y oficiales los de la primera feria de primera del calendario, la de fallas, así como las combinaciones de La Magdalena de Castellón, que este año, por mor de la tradición católica, se solapa de punta a cabo con los festejos falleros, haciéndose la cusqui la una a la otra y a los aficionados itinerantes en particular, que sin poder de ubicuidad tendrán que elegir para presenciar una u otra o ir saltando de plaza en plaza en esos días de marzo.

Por cierto, con respecto a estos carteles mediterráneos, sigue llamando la atención que no se aproveche el tirón navideño para su difusión, promoción y publicidad.

Ambas son ferias, en teoría y desde fuera, de no muy complicada confección -salvo que se maree mucho la cosa- y, ya se ha visto, la base, a expensas de globos sonda e intentos interesados y de parte por confundir al personal, se sabían desde hace semanas. Pienso que se deja pasar una ocasión magnífica para, a primeros de diciembre, cuando hace ya meses que no hay actividad en los ruedos y la gente tiene ganas de toros, hacer públicos los carteles y aprovechar la Navidad para vender entradas y abonos como regalos para esas fiestas y Reyes.

Pero, parece, el peso de la tradición y la costumbre tiene todavía no poca influencia en los taurinos y, al igual que se hace impensable que haya consenso para que no coincidan en fecha las funciones de dos ciudades separadas por apenas 70 kilómetros, se cree obligatorio esperar lo más posible para dar forma a unas combinaciones en las que deberían estar los destacados del año anterior, lo que facilita no poco su elaboración. A no ser que entren en juego otros factores e intereses particulares que terminan afectando, primero, a la facilidad para rematar carteles y, segundo, a la propia entidad de un serial que acaba teniendo puntos débiles debido a esa manía de poner a quien sólo interesa de cara a comisiones o cambio de cromos. Hay que recordar y tener en cuenta que las plazas las llena el público, que sólo conoce -debido a la falta de información a nivel general de la cosa taurina- a las principales figuras y a los nombres consagrados.

También madruga este año San Isidro, cosa lógica y normal si se tiene en cuenta de que tampoco en el ciclo madrileño caben sorpresas y tienen que estar presentes los triunfadores de la edición anterior y los mejores a lo largo de los últimos meses. Y en un serial tan extenso sí que hay sitio para que nadie falte, teniendo en cuenta que la Monumental de Las Ventas  sigue siendo en la práctica la única plaza de temporada que queda y a lo largo de todo el año hay oportunidades para todos y que, desgraciadamente, no siempre se aprovechan. No tiene mucho sentido esperar a publicar la composición de la feria isidril a que terminen fallas o la feria de abril por que, en buena lógica, los que actúen en dichas ferias deberían estar de oficio también en Madrid por mayo.