VIENTO DE LEVANTE
Divino tesoro
Una de las notas a destacar de la recientemente finalizada temporada en España ha sido el aumento de espectadores y el, en general, crecimiento de la asistencia a ferias y festejos, especialmente en las tres plazas principales del circuito. Y otro dato esperanzador: cada vez van más jóvenes.
Cuando llega el tiempo de recuentos, resúmenes, estadísticas y repaso a lo que dio de sí, y de no, la campaña en plazas españolas, es gratificante comprobar que, pese a todo, la gente ha ido más a los toros. Así se ha demostrado, por ejemplo, en Las Ventas, donde, según el informe elaborado por Plaza 1, en los 59 festejos celebrados en la Monumental madrileña esta temporada, hubo un total de 868.784 espectadores, arrojando un 64% de aforo medio cubierto y un incremento en la cifra de asistencia anual de cerca de 40.000 espectadores respecto a los datos de la temporada 2022, en la que se celebraron dos festejos más. En 12 tardes se colgó el cartel de ‘No hay billetes’ con todas las localidades vendidas.
También tuvo una notable aceptación la programación de la Maestranza sevillana, en la que hubo lleno hasta las banderas en siete tardes y se puso el completo en las tres funciones dadas en septiembre en la feria de San Miguel.
Y en Valencia, aunque sin llegar a los niveles de Madrid o Sevilla, también hubo más público, con un aumento respecto al ejercicio anterior de entre un 35 y un 40 %. Lo que no está nada mal.
Pamplona al margen, su Monumental se llena a diario en San Fermín, se anuncie quien se anuncie, plazas como las de Albacete, otro caso de afluencia asegurada a poco que se hagan bien las cosas, Valladolid, Huesca, Jaén, El Puerto... vieron crecer las cifras de asistencia, lo que confirma que, para disgusto de muchos, el espectáculo taurino sigue teniendo no poco interés y tirón, confirmándose como el segundo tras el fútbol en cuanto a movimiento en taquilla, siendo las notas negativas en este apartado Bilbao y Zaragoza, dos plazas de primera y con ferias de prestigio y solera que, por hache o por be, no funcionaron tampoco este año.
Y otro hecho a resaltar, y muy positivo, es la masiva presencia de gente joven en los tendidos. Ya se hacía molesto escuchar la cantinela de la elevada media de edad de los abonados y aficionados, augurando un incierto futuro debido a la ausencia de relevo en cuanto a seguidores y entusiastas.
Siempre hubo pesimismo en esta cuestión pero lo bien cierto es que a lo largo de la historia existió por sistema quien recogió el testigo de sus mayores. No en vano nunca se produjo colapso por falta generalizada y masiva de espectadores. Sí que es verdad, o al menos así lo detecto, hasta hace relativamente poco, el ser asiduo a la plaza -por lo común, no en caso de recalcitrantes y apasionados- no se producía hasta que se lograba una edad y la seguridad económica que lleva aparejada un puesto de trabajo estable. Hasta entonces se iba de vez en cuando, cuando había unos ahorrillos o te llevaba a los toros tu padre. O tu abuelo, factor clave así mismo en el desarrollo de la afición de los jóvenes, a los que, desde bien pequeños -el mío me iba a recoger al colegio los días que se televisaba alguna corrida para verla con él- inculcaban su gusto por los toros y aleccionaban en los secretos de un arte tan complejo como el toreo. La figura del abuelo es importantísima y un día habría que reconocerles como toca.
Otro factor importante en este auge del aficionado joven es el interés que ciertas plazas han puesto en ellos. Valencia, Madrid, Albacete, Alicante... hace años que crearon su Tendido Joven, con precios especiales y reducidos para ellos, potenciando su gusto por la plaza celebrando otro tipo de actos extrataurinos para fidelizarlos con aquel entorno. Tampoco escapa a este fenómeno iniciativas como la que hace años se puso en marcha en Valencia y ya se hace en otras muchas plazas, la de llevar a niños a los festejos taurinos con un instructor, y acompañados por novilleros, profesores de escuelas taurinas o alumnos de las mismas, que van explicando a los neófitos lo que sucede en el ruedo en cada fase de la lidia.
Juventud, divino tesoro, dijo Rubén Darío, que te vas para no volver... Hay que trabajar para que una vez ha ido ya no se vaya de las plazas.