VIENTO DE LEVANTE

Manipula, que algo queda

jueves, 18 de mayo de 2023 · 08:01

No corren buenos tiempos para la tauromaquia, en cuanto a su reconocimiento y aceptación en el ámbito político y su marginación por parte de ese disparate tan peligroso y dañino como es lo políticamente correcto. Y hay especial interés en desvincular de la, digamos, cultura oficial todo aquello que se signifique particularmente con el mundo taurino.

Coincidiendo con el aniversario de la muerte de Pablo Ruiz Picasso no han sido pocos los actos que se han celebrado para festejar y realzar la efeméride, especialmente en Málaga, donde la Corrida Picassiana que hace años se instauró en su memoria en esta ocasión tuvo mucho más contenido y aspectos relacionados con este genial, y único, artista.

Naturalmente también, desde otras muchas instancias, se recordó su filiación comunista y su obra “Guernica”, tenida por no pocos como su obra cumbre. Desde luego es la más reconocida en cuanto a su vinculación con el bando republicano, adquirida por el Gobierno de la República en 1937 como “símbolo de la barbarie fascista” y que estuvo en custodia en el MOMA neoyorquino hasta que, en palabras del propio Picasso, “se restablecieran las libertades democráticas en España”, regresando la obra finalmente a nuestro país en el año 1981. 

La explicación que se ha dado sobre el origen y simbología de esta obra es que se creó para formar parte del Pabellón Español en la Exposición Internacional de París, de 1937. El motivo que impulsó al pintor malagueño a realizar la escena representada en esta gran pintura fue la noticia de los bombardeos efectuados por la aviación alemana sobre la ciudad vasca que da nombre al cuadro.

Sin embargo, hay otra versión que difiere radicalmente del relato institucional. El escritor Aquilino Duque es uno de los que corroboran esta corriente de opinión al afirmar que la obra “no es más que una adaptación con ánimo de lucro del cuadro, collage, cartón, cartel o como quiera llamarse con el que el artista pretendió sumarse al luto nacional por Ignacio Sánchez Mejías”.  O sea, que se realizó antes de 1937 y con un motivo totalmente distinto.

El investigador malagueño José Morente creía que Picasso “habría aprovechado unos esbozos realizados tres años antes, en 1934, con motivo de la muerte en la plaza de toros de Manzanares de Ignacio Sánchez Mejías, el polifacético torero y referente de toda la generación del 27, para sobre la base de esos bocetos olvidados y arrinconados desarrollar el cuadro encargado por el Gobierno republicano.  Este cuadro no representa, se mire como se mire, ni una guerra ni, mucho menos, un bombardeo”. Lo bien cierto es que muchos de los elementos que aparecen en el cuadro bien pudieran tener un significado totalmente distinto al que se les ha dado: el quinqué es el de la enfermería, el torero yacente es el diestro que agoniza en el hule, el caballo, el de un picador... y el toro, el toro siempre presente en la vida y obra del artista malagueño.

Por otra parte, el director de fotografía José Luis Alcaine sostiene la teoría de que Picasso se inspiró en una secuencia de la película Adiós a las armas, una cinta antibelicista rodada en 1932 por Frank Borzage y protagonizada por Gary Cooper: "Todo el Guernica está en esa secuencia de la película, menos el toro ibérico, que yo interpreto que es el mismo Picasso que mira a los espectadores y parece advertirles de la barbaridad", apuntaba Alcaine, que identificaba la puerta que aparece en la película como idéntica a la del cuadro. “También aparece una señora invocando a los cielos, lo mismo que la mujer que levanta los brazos en el lienzo; u otra mujer que agita las manos aterrorizada, que se corresponde al gran rostro de perfil del cuadro. El paralelismo de los caballos es también bastante evidente, incluso en la reproducción de las patas y del giro de la cabeza del animal”.

En su investigación, Alcaine averiguó que en la película hubo un director de segunda unidad, que en aquel momento era un desconocido, el rumano Jean Negulesco, que había estudiado Bellas Artes en Bucarest y que de joven se había marchado a París para formarse como pintor, conociendo allí a Picasso. Además, según publicó La Vanguardia,  la única foto de Picasso con un actor es con Gary Cooper, que en sus visitas a Europa siempre visitaba al malagueño. Saquen sus propias conclusiones…