"Lo acontecido en Francia nos debe servir de ejemplo"

lunes, 26 de diciembre de 2022 · 11:33

¿Cómo ha sido la primera temporada sin restricciones de principio a fin?

Pablo: Una gran alegría poder encontrarme con el público en toda su plenitud y sin molestias de mascarillas ni distancias. Además, me ha dado la sensación que en la mayoría de las presentaciones el público acudía con mayores ganas de divertirse que antes. Como que, después de la pandemia, estábamos muy necesitados de disfrutar de la vida y de las aficiones.

Guillermo: Para mí muy satisfactoria y muy positiva porque además de volver a encontrarme con el público al cien por cien, he podido debutar en plazas donde no lo había podido hacer en años anteriores y demostrar mi progresión tras los años de la restricción.

Pese a ello, no hemos vuelto a tener el mismo número de festejos de rejones que en prepandemia.

Pablo: Además de la pandemia, tenemos que añadir la fuerte crisis económica que afecta a toda la sociedad y de la cual ni las empresas, ni los propios Ayuntamiento están exentos. Pienso que ha sido un año para ellos también de pruebas, de medir como la gente había salido de un cierre tan severo y, por lo tanto, algunos de ellos han preferido mantener un gasto más discreto. Vamos a ver si en los próximos años somos capaces de volver a revertir esto y que la gente continúe demandando el festejo de toreo a caballo.

Guillermo: De momento, nada es igual que antes. Este año se ha notado que todos tenemos que volver a acostumbrarnos a la normalidad y poco a poco lo iremos consiguiente. Que los festejos de rejones vayan a menos que otros años lo podemos encuadrar dentro de que toro va un poco a menos debido todavía a esa especie de psicosis que tenemos tras la pandemia. En cuanto nos volvamos a acostumbrar a esta normalidad, seguro todo va para adelante.

Pero no todo son malas noticias. Guillermo, por fin llegó ese ansiado debut en Pamplona.

Guillermo. Era una de las fechas que más marcadas tenía en mi mente. Debutar en la plaza más importante de mi tierra tenía para mí muchas connotaciones emocionales. Había estado muchas veces viendo a mi padre, viviendo ese ambiente desde el callejón, pero ahora era yo quien actuaba, quien protagonizaba la corrida y desde luego que aquello fue y sigue siendo algo increíble. La entrega del público de Pamplona es comparable a muy pocos lugares donde he actuado.

Cada tarde es especial, pero, si nombro la temporada 2022, ¿cuál es la primera cita que os viene a la cabeza?

Pablo:  Por la connotación que tuvo y por lo especial de la fecha, la del Centenario de la Plaza de toros de Pamplona. Luego, acompañó el toro y pude desarrollar una de las faenas que más satisfecho quedé de la temporada.  Pero luego hay una tarde de la que tengo un recuerdo imborrable y fue en Abiul (Portugal), donde pude disfrutar de ese idilio que tengo en los últimos años con Portugal y donde pude relajarme al máximo y ser yo mismo ante dos buenos toros de Charrúa.

Guillermo: Quizás por lo que representaba mi debut en Pamplona, la fecha de San Fermín es una de las que primero me viene a la cabeza, pero no puedo olvidar mi segunda Puerta del Príncipe de Sevilla o mi primera salida a hombros de Madrid. En un año de muchísima regularidad, destacar solo una fecha me resulta complicado.

La evolución del rejoneo es constante y mejora con el paso del tiempo. Pero, ¿se ha perdido algo?

Pablo: No creo que se haya perdido nada. Al contrario. Creo que se ha perfeccionado y ajustado mucho más los terrenos. Creo que ahora los nuevos rejoneadores salen con una mayor preparación y también se ha mejorado mucho las cuadras de caballos.

Guillermo: Cada vez se torea mejor, básicamente porque cada vez hay caballos más preparados y las cuadras son mucho más completas. También te puedo decir por lo que me cuenta mi padre, que se cuida mucho más el toro que se lidia, ya que antes echaban en rejones muchas veces lo que nadie quería y eso no ayudaba mucho al espectáculo.

Con las bases del toreo de la dinastía Hermoso de Mendoza, Guillermo anda sus propios pasos. ¿Cómo se ha forjado ese sello personal?

Guillermo: Me gusta observar mucho a mis compañeros y sacar lo bueno de cada uno, aunque siempre con la base principal del toreo de mi padre. Así he conseguido llegar a un toreo fundamentalmente “pablista” pero dándole una pizca de personalidad propia de cosas que he visto y que me han gustado.

Guillermo es un aprendiz constante de Pablo. ¿Qué aprende Pablo de Guillermo?

Pablo: Sobre todo me quedo con su espontaneidad y con su conocimiento de los toros. Para ser tan joven y con tan poco recorrido todavía en plazas, Guillermo se desenvuelve muy bien en la plaza porque siempre ha sido un gran conocedor y aficionado al toro y eso se le nota.

Me imagino que, dentro de la plaza, os gusta mantener ese pique sano y rivalidad donde os ponéis las cosas muy difíciles.

Pablo: La relación entre padre e hijo y viceversa prevalece. Desde que nos levantamos estamos juntos entrenando o en casa, y aunque podamos tener algún pique, lo cierto es que los triunfos de uno, son los de los dos.

Guillermo:  Cuando estoy en la plaza me vengo arriba, incluso cuando toreo con mi padre. Su triunfo me sirve a mí para motivarme más todavía para no quedarme “a pie”. Eso es rivalidad, luchar por ser mejor y dar el nivel que ha dado quien ha triunfado antes, aunque sea en este caso mi padre.

Cuando un rejoneador consigue bordar temporadas y triunfar en los grandes cosos. ¿Qué objetivos queda?

Pablo. En esa profesión, como en la mayoría, siempre hay margen de mejora y eso es lo que buscas. A mi edad, quizás el triunfo o las orejas no son tanto objetivo, como el realizarte en la plaza, el sentir que haces lo que quieres y como lo quieres, el poder disfrutar y hacer disfrutar con eso que haces. Esos detalles te los da la experiencia y te permite estar en la plaza con una presión mucho más contenida.

Guillermo: El pasado está bien para recordarlo y de vez en cuando echar la vista atrás y ver lo que se ha conseguido, pero nada más. Ahora queda el presente y el futuro, y cada plaza es como partir de nuevo, como si nunca te hubieras presentado. Y también con la mentalidad de que, si el año pasado estuviste bien, en esta ocasión tienes que estar igual..., o mejor.

¿Qué opinan del tema tabú de lidiar toros en punta?

Pablo:  Nunca lo he hecho y nunca lo haré. Me parece injusto exponer a mis caballos a semejante riesgo, ya que soy yo quien decido ponerlos ahí. Tampoco se podría realizar el toreo cercano que se realiza ahora porque el mínimo toque entre dos masas de tanto peso, daría lugar a una herida y el espectáculo sería complicado de digerir.

Guillermo. En mi caso particular, te puedo decir que no tengo ninguna intención de torear a caballo en puntas y además no me gusta. Sería un enorme riesgo para el caballo que yo no les haría nunca correr. Si quiero torear en puntas, lo haría yo solo, a pie y te puedo asegurar que de momento no tengo ninguna intención.

Aunque más peligro tiene, quizá, lo acontecido recientemente en Francia donde se le ha podido ver las orejas al lobo en cuanto a la abolición de las corridas. ¿Cómo habéis vivido esos días?

Pablo: Es uno más de los ataques que últimamente está sufriendo la fiesta y lo de Francia nos debe de servir como ejemplo para no dormirnos y también para ver como en un país que parece que es menos taurino que el nuestro, nos han dado un ejemplo de resistencia y de defensa de una cultura muy arraigada sobre todo en su zona sur.

Guillermo. Lo he seguido a través de las redes y creo que los aficionados franceses han defendido con muchísimo ahínco sus derechos como ciudadanos y como aficionados. Han conseguido triunfar y una vez en los taurino, Francia nos ha vuelto a enseñar a nosotros cómo hacer las cosas.

Hay mucha expectación por veros a ambos en una cita con Diego Ventura. ¿Cabe la posibilidad en 2023?

Guillermo. El año pasado pude realizar el paseíllo en tres ocasiones con él y acudí encantado. Ojalá este año sean más, porque yo estoy aquí para torear con todos mis compañeros.

¿Caballo en el que depositéis total confianza?

Pablo: El año pasado debutaron tres caballos de la casa: TALENTO, REGALIZ y BASAJAUN. En los tres, por su juventud, tengo muchísima confianza, pero quizás el que más ilusionado me tiene es TALENTO que ya en su segunda tarde en la plaza de toros de Bilbao, dejó muestras de la calidad que tiene y que este año pienso que tiene que ser el de su consagración.

Guillermo: BERLIN y DISPARATE son los dos caballos con los que más a gusto estoy en la plaza y en los que deposito toda mi confianza cuando lo monto. Son caballos muy domados, con los que disfrutas de las embestidas de los toros. También hay un caballo muy importante para mí como es ESENCIAL para el último tercio porque es una parte de la lidia fundamental para cerrar una buena faena.

¿Y ya tenéis divisadas a las futuras estrellas de la cuadra?

Pablo:  El invierno, y más sin viajar a México, es tiempo de potros y de novedades, de ilusiones..., y también de decepciones. De todas formas, cada vez la selección es más ajustada y los potros que estamos trabajando nos tienen con la moral a tope. En estos momentos estoy trabajando con seis potros de los que tengo muy buenas expectativas.  Un hijo de Viriato, otro de Extraño, otro de Alquimista, dos descendientes de Disparate, que de momento se llaman Pacífico, Pistolas, Nairobi, Otelo, Orfeo... También tengo mucha fe en dos caballos que he adquirido para el último tercio y que se llaman Olho Vivo y Cisco.

Guillermo: Estoy preparando algún nuevo potro para que sean mis novedades de cara a la nueva temporada. Mis apuestas personales son Navegante y Portobello, hijo de Alquimista.

Hace poco pudimos disfrutar de una nueva edición del SICAB. ¿Se ha pensado en incrementar la presencia del caballo español en los ruedos?

Pablo: Cuando surge un caballo de calidad, lo último que miramos es la raza. Lo que pasa que, en el tema del caballo español, quizás no se ha cuidado mucho las líneas toreras como lo ha hecho el lusitano, que por otra parte no deja de ser un caballo español, pero más enfocado al toreo a caballo. El origen es el mismo, si bien en España se han guiado por una línea más de belleza o deportiva y en Portugal por una línea más torera.

Guillermo. De momento no me ha surgido ningún caballo español, pero por supuesto que si hubiera alguno con calidad y con torería no dudaría en salir a torear con él.

¿Cuánto Pablo Hermoso de Mendoza nos queda por disfrutar?

Pablo: Tenía en mente no despedirme, porque me daba mucha tristeza decir adiós a una profesión que ha sido gran parte de mi vida. Me parecía como si dejase la relación con el toreo a caballo para siempre. Pero esa idea me cambió con la salida a los ruedos de Guillermo, porque eso me ha dejado ver que puedo seguir en la profesión, pero sin torear. Por eso, creo que la despedida está muy cerca y sí que me gustaría hacerlo desde el ruedo para poder despedirme de los aficionados que me han sido fieles y a su vez que ellos se puedan despedir de mí.

Para finalizar, una anécdota que os haya dejado este 2022.

Pablo. La que te voy a contar no es que fuera precisamente agradable porque estuvo centrada en los fuertes incendios que afectaron a Navarra en el pasado mes de junio. Concretamente en la localidad cercana de Obanos, donde la propiedad de un buen amigo quedó afectada por el fuego y a donde yo acudí a ayudarle y a sofocar los recodos de fuego que todavía quedaban el domingo por la mañana. Esto ocurría el día que yo tenía que torear en Bilbao, una corrida mixta y a la cual como siempre hago, quería haber llegado al hotel a la hora del sorteo aproximadamente, esto es, hacia mediodía. Había tal desaguisado provocado por el fuego que el tiempo pasó volando y para cuando nos dimos cuenta era ya el mediodía y estábamos en Obanos. Agarramos el coche, nos fuimos para Bilbao, directamente al hotel y con el tiempo justo llegamos a la plaza. Te puedo asegurar que aquella tarde, durante toda la lidia del toro, no me podía sacar de mi mente el olor a quemado de aquel desastre.

Guillermo. Te voy a contar una anécdota que nos pasó en la última corrida de la temporada pasada. Toreábamos a mediados de octubre en la plaza de toros de Medina de Pomar, en la provincia de Burgos, pero lindando con Cantabria, muy al Norte. Las fiestas de esa localidad hacen que los hospedajes se agoten con bastante tiempo anticipado y, además, era el momento de salida de la pandemia. El caso es que encontramos un hotel restaurante en un pueblo cercano, pero muy montañoso y ya por esas fechas, muy frío. Comimos de maravilla y la dueña del restaurante nos dijo que mejor que habitaciones, nos iba a dejar una casa que había reformado y que la alquilaba por temporada. La casa perfecta, una maravilla, en un paraje idílico. Nos instalamos, sacamos los trajes de torear la cuadrilla y yo y, como hacía bastante fresco, intentamos conectar la calefacción. Se encendió unos instantes y aquello dio un chispazo al poco tiempo y se apagó. Ya no hubo manera humana de encenderla, así que, en aquellas circunstancias, nos cambiamos y fuimos a torear. Lo peor vendría después, al regresar del festejo y tratar de ducharnos, con un agua que eran poco menos que cubitos de hielo. En vista del panorama y pensando que estábamos a unas dos horas de casa, nos metimos en la furgoneta con los trajes de torear y emprendimos el viaje para Estella. Lo bueno vino cuando entramos en una gasolinera a comprar algo de comer y el vendedor nos miraba pensando que veníamos de carnaval o de alguna fiesta de disfraces...