DOMINGO LÓPEZ-CHAVES

"Cambiaría un triunfo importante en Madrid por escuchar los olés de esa plaza”

miércoles, 4 de enero de 2023 · 15:46

Domingo López-Chaves cumplirá esta temporada 25 años de alternativa. El diestro de Ledesma ya anunció hace algunas fechas que, coincidiendo con estas bodas de plata como matador de toros, se retirará de los ruedos al término de la campaña 2023. En esta amplia entrevista, el torero salmantino repasa con detenimiento las actuaciones más destacadas que ha cuajado en el año recién concluido, expresando del mismo modo sus inquietudes e ilusiones para éste que apenas ha comenzado.

¿La temporada 2022 ha sido de las que más satisfecho le han dejado interiormente como torero, por la dimensión que ha ofrecido en cada una de las tardes?

Uno siempre quiere más pero sí que ha sido bonita, y sobre todo, que he disfrutado mucho cada momento. Desde que salía de casa, en los viajes, con la cuadrilla, en el hotel, vistiéndome de torero, haciendo el paseíllo y toreando, y se nota, cuando se disfruta la intensidad del toreo en cada instante. Si bien hay que decir que esa sensación te llega con los años, porque cuando se empieza en la profesión lo que quieres es triunfar por encima de disfrutar.

Más importantes aún que las orejas, que cualquier torero como es lógico quiere cortar, son las sensaciones que se transmiten delante de los animales, y en ese sentido creo que ha sido un año muy rotundo, en el que con las opciones que le han dado los toros ha estado a un gran nivel cada día.

Pues sí. No ha sido una temporada de orejas, aunque en eso también ha influido el número de corridas que he toreado en plazas de primera categoría, dónde es más difícil cortarlas, pero he podido solventar cada tarde las complicaciones planteadas por los toros y, como he dicho antes, disfrutar. La verdad que no ha sido un año en el que haya sumado muchos apéndices pero sí de disfrute delante de los toros.

En Madrid, por ejemplo, el encierro de Pedraza de Yeltes no dio buen juego, sacó poco fondo, pero aún así la afición de Las Ventas sí que estuvo receptiva con usted y muy respetuosa, algo que pienso se ha ido ganando poco a poco por su entrega y actitud dentro y fuera de la plaza.

Sí, mi lote de Pedraza de Yeltes apenas sirvió. Es cierto que tengo una espina clavada con Madrid porque no ha llegado ese triunfo todavía, que a lo mejor yo tampoco lo deseo pero sí que se piensa y se sueña, pero te diría que cambiaría un triunfo importante en Madrid por escuchar los olés de esa plaza, con eso ya me lleno por dentro. En 2023 espero poder hacer el paseíllo en Las Ventas y sentirla.

Siguiendo con la Plaza de Las Ventas, y como usted acaba de afirmar, ¿Tiene una pequeña espinita clavada con Madrid porque a pesar de haber estado bien en diferentes ocasiones no ha tenido oportunidad, hasta ahora, de cuajar una actuación redonda de matador de toros?, algo que sí pudo conseguir de novillero, abriendo la Puerta Grande frente a ejemplares de Ignacio Pérez-Tabernero.

Así es. Debuté con una novillada de Palomo Linares, cortando una oreja, y después me repitieron con aquélla de Ignacio Pérez-Tabernero y fue cuándo pude pasear tres orejas. Desde entonces ha habido tardes buenas pero he marrado con la espada. Aún no he tenido ese triunfo que todos los toreros deseamos en Madrid.

Otra de las plazas en la que ha hecho más paseíllos a lo largo de su carrera es la de Vic-Fezensac, dónde esta temporada entró sustituyendo a Gómez del Pilar para lidiar astados de José Escolar, dando una vuelta al ruedo. Este año recién estrenado regresará a Vic-Fezensac en un cartel muy atractivo, con grandes alicientes para la afición, mano a mano con Daniel Luque frente a ejemplares de Rehuelga.

Sí, en Vic-Fezensac hay una conjunción muy bonita. Llevo ya cinco o seis actuaciones, el año pasado lidié la corrida de Valdellán, mano a mano con el Maestro Antonio Ferrera, y luego cogí la sustitución de Gómez del Pilar, así que fueron dos compromisos. Para la Feria de este año me han llamado para la corrida de Rehuelga, mano a mano con Daniel Luque, un cartel muy bonito. Las puertas de la plaza de Vic-Fezensac siempre han estado abiertas para mí.

Usted que siempre ha gozado de un gran cartel en Francia, dónde en muchas ocasiones le han dado el sitio que quizá en España no lo han hecho, ¿Considera que, en líneas generales, el público allí tiene una mayor cultura taurina?

No, no creo que tenga una mayor cultura taurina, lo que sí ocurre es que se respeta a los que dan la cara. Otra cosa también es que son pioneros en descubrir toreros, están pendientes de los que están en buen momento y tienen ambiente, y los ponen en los carteles. Ellos le dan mucha importancia a la suerte de varas y a que la lidia del animal sea ordenada, por tanto hay que dárselo, lucir al toro, todavía más en las corridas concurso de ganaderías en las que estoy anunciado muchas veces y estar siempre dispuesto a intervenir en la lidia. En España, sobre todo en las capitales de provincia, hay una gran cultura taurina y una tremenda personalidad en cada una de esas plazas.

Otra diferencia existente entre lo que sucede en España y lo que pasa en Francia se puede apreciar a la hora de confeccionar las ferias, dónde en un buen número de lugares las hacen comisiones de aficionados, que tienen más en cuenta tanto los triunfos como los fracasos, igual en el caso de los toros que de los toreros.

Totalmente. Un fracaso no solamente te cierra las puertas de la plaza dónde hayas actuado sino las de todo el país, y al revés, una tarde buena te abre todas las puertas. A ellos les da igual que el torero en cuestión esté anunciado en Madrid, Sevilla, Pamplona o Bilbao, lo ponen y punto, así como también eligen primero las ganaderías a lidiar y después contratan a los toreros. Las comisiones que organizan muchas de las ferias están formadas por grandes aficionados, de ahí también la seriedad que le imprimen a todo. Los doce meses del año están pensando en cómo hacer la feria, viajan a España para ver las ganaderías preferidas y siguen la evolución de los toreros.

Otros compromisos en suelo francés de esta temporada han sido en Mont de Marsan, Beziers y Arles. ¿Qué destacaría de esas tres corridas?

Las disfruté. En Mont de Marsan la corrida de Pedraza de Yeltes, en concreto mi lote, tampoco lo pude disfrutar mucho, puesto que los toros no se terminaron de dejar, sí que se movieron pero les faltó calidad. En Beziers el encierro de Miura sí que tuvo posibilidades, en algunos de los toros, y pude cortar una oreja y, por último, en Arles disfruté bastante con el ejemplar de José Escolar, lo toreé muy a gusto pero lo pinché, y luego el animal de Yonnet no dio opciones.

Supongo que un día muy significativo en su temporada sería el 20 de Junio, cuándo actuó ante su gente de Ledesma. Cortó dos orejas a cambio de resultar herido leve con un puntazo en la pierna. Aunque a nivel de impacto en los medios de comunicación y de repercusión entre los aficionados sea bastante menor, ¿La responsabilidad y la presión con la que acude a Ledesma se pueden equiparar a cualquier plaza de primera categoría?

Sí, puede sonar un poco sorprendente o raro pero para mí Ledesma significa mucho, es mi pueblo, mi gente, mi casa, mis amigos, dónde me he criado, dónde vivo y dónde acabaré. Cada vez que hago el paseíllo en Ledesma el corazón me late más rápido de lo habitual. Taurinamente hablando me han visto nacer, desde sin caballos hasta ahora, han presenciado toda mi evolución. Por eso, siempre en Ledesma lo paso regular aunque también disfruto mucho.

La corrida de Miura de Bilbao no dio posibilidades de lucimiento a los toreros, solamente se pudo lidiar con decoro y poco más.

Sí, fíjate que en las corridas de Miura muchas veces saltan toros dónde incluso puedes torearlos a gusto y relajarte pero en esa corrida no fue así. También hay que decir que esa lucha, esa pelea con el toro a lo mejor no es bonita, no se emociona la gente, pero es un toma y daca interesante.

Su actuación del 16 de Septiembre en la Feria de la Virgen de la Vega de Salamanca fue sencillamente extraordinaria, con ese toro “Chillón”, de Francisco Galache, que fue un animal bravo, encastado, con mucha entrega e importancia en su embestida pero por eso mismo muy exigente. A mi juicio, había que estar muy firme con él, poderle mucho y someterlo por abajo.

Sí. El toro tuvo todas esas cualidades, como cualquier toro bravo, pero es exigente y hay que poderle. El burel se movió mucho, con la cara bien colocada, y eso llegó con fuerza a los tendidos. “Chillón” no fue de esos astados que permiten al torero relajarse y olvidarse del cuerpo. Me alegro por el ganadero que ha podido ganar el “Toro de Oro”, galardón que distingue al mejor cornúpeta de la Feria de Salamanca, gracias a este animal. Con respecto a esa corrida, tengo que ser sincero y manifestar que los toros que más se dejaron entraron en mi lote.

El toro cuando se arrancaba, ya fuera al caballo o a la muleta, lo hacía con los riñones y empleándose. Este tipo de animal es el que necesita la Fiesta.

Claro, porque crea afición, emoción, el público sale de la plaza hablando del toro… La suerte de varas fue muy bonita, con el astado acudiendo al caballo pronto, galopando, con entrega y empujando en el peto.

Además se trató de una lidia muy completa, porque desde que se abrió de capa para el saludo, que fue también magnífico, hasta la sensacional estocada que le recetó, se mantuvo un nivel muy alto en todos los tercios.

Sí, aunque interiormente uno siente que en unos momentos ha estado mejor que en otros. El toro, a veces, tenía esa dificultad de bravo, pero yo siempre digo que ese animal tiene que salir a la plaza porque emociona y genera peligro, que la gente capta.

Cuando uno tiene la suerte de encontrarse en la plaza a un toro como aquél “Chillón”, ¿Es cuándo se siente realizado plenamente como torero y cuándo dice para sí ha valido la pena todo el sacrificio, todo el sufrimiento y los momentos duros que tiene la profesión?

Sí. Por disfrutar y gozar esos diez minutos puedes estar peleando dos años. Compensan mucho los olés de tu gente de Salamanca. Poder torear un toro así te da ánimo, te da vida, te da ilusión, te da muchas cosas. Pero también hay que saber asumirlo, y no creerte nada porque eso ya ha pasado, al día siguiente seguir con tu humildad y continuar entrenando y soñando con que te vuelva a salir un toro con esas virtudes.

Claro porque tanto en la vida como en el toreo no se puede vivir de recuerdos sino centrarse en el presente porque la gente quiere ver al torero, nuevamente, a ese nivel alto que sabe que puede dar.

Antiguamente sí que se podía vivir de una faena en Madrid o Sevilla pero ahora no. Antes tampoco había el seguimiento que hay actualmente de los toreros, el público tiene acceso a ver cualquier faena, por lo que uno no se puede dormir.

Para finalizar, la ilusión y la motivación con la que afronta la temporada 2023, que según anunció hace un tiempo supondrá su retirada de los ruedos coincidiendo con sus bodas de plata como matador de toros, ¿Es la misma o incluso más que aquélla de 1999 cuando apenas tenía unos meses de alternativa?

Creo que sí. La ilusión de hacerte matador de toros es muy grande, es lo que siempre has soñado. Ahora tienes otra clase de sueño, se culmina una trayectoria de 25 años de alternativa, y si Dios quiere acabaré dónde empecé. Puedo decir que mi carrera no ha sido deslumbrante pero sí digna, respetada por los profesionales y por los aficionados. Yo estoy feliz y muy ilusionado con la temporada 2023.

Pienso que la ilusión verdaderamente es el motor de la vida, hay que tener ilusión por mejorar, por crecer…

Sí, a mí es la que me ha mantenido vivo en los momentos en los que toreaba muy poco, el deseo y la ilusión por estar en las ferias, algo que por circunstancias, por tesón, por trabajo, al final me ha llegado.

 

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