“Sé el nivel tan grande que están marcando las figuras día a día pero es donde quiero estar"

Hablamos con uno de los triunfadores de San isidro, Fernando Adrián, que volverá a hacer el paseíllo el 17 de junio en Beneficencia, tras abrir la Puerta Grande con la corrida de Santiago Domecq
jueves, 8 de junio de 2023 · 08:20

 

 

 

 

Hoy he tenido la alegría, además de una más que grata sorpresa, de descubrir “la persona”, ese ser humano que, siempre, hay tras un traje de luces y conversar con él.

Alegría por comprobar que es como torea: con verdad, cabeza y los pies, muy, pero muy, en la tierra. No tenía el placer de conocerlo personalmente, de ahí, que haya sido una grata sorpresa conversar con un torero “en torero”. La persona a la que me refiero, no es otra que Fernando Adrián.

Venimos de verte abrir la puerta grande de Las Ventas, ¿la disfrutaste o tardaste en asimilar lo que estaba ocurriendo?

Al final, hasta que no pasan unos días, no terminas de asimilar o disfrutar de esa puerta grande, pero después es una satisfacción a tu sacrificio, tu día a día, a vivir por y para tu profesión. Es verdad que cuando tienes estos días así y tienes esta recompensa, es una alegría inmensa la verdad, porque al final, es así de crudo y de real: si no hay un triunfo en Madrid, pues no se abren las puertas de todas esas grandes ferias que, al final, es donde quieres torear.

Hablamos de día a día ¿hubo alguna preparación, digamos “especial” para ese día o la misma filosofía de tarde a tarde?

Es verdad que, tanto en lo físico como en lo psicológico, hay que ir muy preparado, el poder más grande que tiene el ser humano, por encima de todo, es la mente, es la cabeza, que es lo que nos puede en muchos momentos, pero está claro que, yo personalmente, creo que como mejor puedo vencer a mi mente y estoy más tranquilo es: lo primero físicamente, porque cuando uno está preparado y muy entrenado, creo que tiene facultades suficientes para estar delante de la cara de un toro, al final eso, te hace pensar con más claridad, que fluya todo mucho más y, bueno, creo que al final es un conjunto de muchas cosas que yo siempre digo lo mismo: es como un “cóctel molotov”, que vas metiendo ahí muchísimas cosas, todo eso es como un revuelto de todo, y al final está claro que la preparación, tanto en lo físico como en lo mental, no es de un solo día, ni dos días antes, es de muchísimo tiempo.

¿Fue ,cómo lo habías soñado alguna vez?

Es verdad que es por lo que he soñado siempre, pero está claro, que también tiene que  venir Dios y “tocarnos con la varita” de que, nos respeten los toros, que no pase nada y que todo fluya, cómo fue en mi tarde. Al final creo que, cuando uno viene muy preparado y te salen esos toros - la gente habla siempre del quinto, pero yo hablo de los dos toros, porque tanto uno cómo otro me dieron muchísimo-, lo que diferenció la tarde sobre todo, creo que fueron mi entrega durante toda la tarde, mi verdad y mi disposición, al final cuando uno está de verdad, eso marca la diferencia ante todo, claro que siempre hay defectos y errores, pero creo que, al final nadie es perfecto.

Bueno, a veces de las imperfecciones salen cosas históricas.

Yo de las cosas que doy gracias a Dios y a la vida, es de que todo lo que me ha pasado y no me arrepiento…cuanto más mayor voy siendo, más agradecido estoy a todas esas equivocaciones y errores, porque todo eso es lo que me ha hecho crecer en lo profesional y en lo personal ser la persona que soy ahora habiendo aprendido de ellos.

Esto, al final es un arte y es lo que nos diferencia a cada torero, ahí está la personalidad de cada uno, al final es lo bonito de esta profesión, que cada uno haga el toreo como de verdad lo siente.

Aparte de lograr más plazas triunfando en Madrid, ¿qué es lo que más deseaba Fernando Adrián de Las Ventas?

Yo lo que quise hacer en Madrid, más que un triunfo, aún siendo muy consciente que era primordial y lo que necesitaba para mi carrera, era cuajar un toro como yo quería y siendo yo mismo, lo que me llevo son los “olés” de Madrid, que cuando esa plaza ruge de esa forma, creo que no hay otra que se le compare.

Y ha sido de las mejores tardes de esta feria.

La verdad es que ha habido corridas que han tenido opciones, lo que pasa, es que ha sido una feria muy incómoda por el tiempo también, ha habido compañeros que les era muy difícil cuajar los toros con tantísimo aire, con lo difícil que es Madrid y por una cosa o por otra, es muy difícil tener una tarde en que la gente esté pendiente todo el rato, lo bueno que tuvo nuestra corrida, es que fue una tarde muy intensa, hubo toros que, no eran fáciles, pero transmitieron mucho y también los compañeros, que desde el principio, por ejemplo, se vio la entrega de Saldívar y la gente estuvo muy metida en la corrida, entonces esa emoción y esa intensidad, que tuvo la corrida todo el tiempo. Yo he tenido amigos que me han dicho “es que íbamos por el quinto de la tarde y se nos había pasado la corrida casi sin darnos cuenta”. Esa emoción y esa intensidad, hace que se te haga mucho más corta la corrida.

 

Salida a hombros en Las Ventas

 

Esa tarde hubo toros y toreros, en el más amplio sentido de las palabras.

Es verdad, que el toro más redondo de la tarde fue el quinto mío, un gran toro, lo bonito fue la forma en que me entregué, intenté olvidarme de todo, estar muy metido, muy entregado y muy de verdad, sobre todo disfrutarle en cada momento, que cuando Dios te da esa oportunidad con esos grandes toros pues al final, ves la recompensa a la entrega a esta profesión, tan difícil pero tan bonita al mismo tiempo.

¿Qué sensación o sentimiento, te invadieron en esa apertura de la puerta grande?

Es verdad que entras como en una nube, porque son tantísimas cosas las que se pasan, para poder lograr esa puerta grande, que te metes, eso, como en una nube, son tantos días, tanta lucha, que cuando te llega, yo creo que no somos conscientes..

Más que por la puerta grande, lo que aspiraba es a llegar a las grandes ferias, los circuitos, sé el nivel de las figuras, el nivel de los compañeros, bueno, el nivel tan grande que están marcando día a día, pero es donde quiero estar y por lo que llevo luchando tantísimo tiempo. Sabia que la única forma de hacerlo era dar un golpe en Madrid y, bueno, pues se ha visto que la recompensa ha sido estar en la Beneficencia de Madrid, con todas las figuras del toreo.

Palabras mayores, si eso es posible.

Es una corrida muy importante, sé la responsabilidad que tiene y el nivel que marcan mis compañeros a diario, pero al final, cuando uno viene mentalizado y preparado, pues es lo que uno quiere, lo más importante es que ya estoy acartelado y preparado para que llegue ese día.

Y además, con el beneplácito y casi unanimidad del público.

Es lo bonito, cuando uno torea en Madrid y ve a esa plaza entregada al final, nosotros somos lo que somos y vivimos por el aficionado, por la gente que nos quiere y nos apoya, esa gente que va a vernos a las plazas, al final, yo creo que es una de las cosas, por no decir la que más, que me llena como torero: el saber que tengo al aficionado que me quiere y apoya, sobre todo que te reclamen en los carteles. El ir a Madrid, en esa corrida de toros y saber, que esa plaza se va a llenar, tanto para verme a mí como a mis compañeros, creo que son días especiales y más cuando es la corrida de la Beneficencia.

¿Creías que ocurriría todo esto al entrar en la Copa Chenel?

Hay que buscar la felicidad en tu día a día y la mía es el toro, que es donde soy feliz y donde creo que pasaré toda mi vida, es parte del camino y de esta profesión. A día de hoy, tengo la misma filosofía que en la Copa Chenel, que es, el día a día, tarde a tarde y no volverse uno loco, son los principios en los que yo creo. A mí, es lo que me está yendo bien y de lo que soy muy consciente, es, de que esto, iba a ser muy difícil. Cuando gané la Copa Chenel confirmé el año pasado en Madrid y toreé las diez corridas que toreé y este año, estaba anunciado en Madrid y yo sabía que podrían salir las cosas o no, y yo lo que quería era, que salieran las cosas o no, estar tranquilo conmigo mismo y que lo había dado todo para mi profesión, personalmente, a mí es lo que me llena al 100%, el saber que lo he entregado todo a mi profesión, cada día de mi vida, cuando las cosas no salen, estar tranquilo con que lo has dado todo, sin dejarte nada atrás, lo que no podía era dejar que esas presiones me impidieran ser yo mismo.

Hablando contigo y viendo tu filosofía de, tarde a tarde, intuyo la respuesta, supongo que si te llaman más o no, no te hace estar pendiente del teléfono ¿verdad?

No, lo que tenga que venir vendrá, sería una tensión innecesaria el estar pendiente al teléfono y, cuando el apoderado me llama porque ha salido algo, pues muy feliz y a seguir demostrando tarde a tarde.

Hasta aquí, una conversación con un temple sobrehumano y con mucho que decir, donde se dicen las cosas: en la plaza. Gracias Fernando Adrián, por tu tiempo y deferencia con esta entrevista para Burladero, desde aquí, te deseamos la mejor de las suertes y volveremos a hablar pronto.